miércoles, 24 de abril de 2013

Todo sobre Las Sirenas


Sirenas

Que son: Las sirenas (en griego antiguo, Σειρήν Seirến, ‘encadenado’, relacionado quizá con el sánscrito Kimera, ‘quimera’) son seres fabulosos, originarios de la mitología griega y ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y representación han variado con el tiempo.
Aunque en su forma original eran genios marinos híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más común las describe como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas. Es por ello que muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica (inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid, alemán Meerjungfrau).
Síndrome de sirena: Sirenomelia, también llamado "síndrome de sirena", es una enfermedad rara congénita trastorno en el cual nace un niño con sus piernas fusionadas y la reducción de los genitales
Tipología: Su tipología es variada, por regla general, son sirenas de tratamiento naturalista, hermoso rostro y largo cabellos, que en muchas ocasiones sostienen instrumentos musicales o se dedican a acariciar sus cabellos en actitud coqueta. En el s. XVI, la actitud más generalizada de las sirenas fue sostener con las manos un espejo y un peine. La cola era un emblema de la prostitución y el espejo, considerado como objeto mágico, era atributo de la mujer impura, y servía para contemplar el rostro de la muerte o el culto al diablo (similitud a la actitud de afrodita en el mundo clásico). La sirena también implica un símbolo de los tiempos de transición de Carnestolendas (carne) a la cuaresma (pez). Más adelante las sirenas aparecen amamantando a sus crías. La leche de las sirenas era conocida por los alquimistas con una proteína que permitía el crecimiento rápido de los héroes abandonados en el agua. Por otra parte la tipología que gozó de mayor predicamento en las representaciones góticas, fue la sirena de cola pisciforme única.
En la cultura Griega: En el marco de la mitología griega, las sirenas son criaturas ligeramente difusas debido al remoto y rico trasfondo de su origen, probablemente ligado al mundo de los muertos. Según los mitos originales se trataba de seres con cuerpo de pájaro y rostro o torso de mujer, que inequívocamente se distinguen siempre por el hecho de tener una voz musical, prodigiosamente atractiva e hipnótica. La tradición las hacía habitar en una isla del Mediterráneo frente a Sorrento, en la costa de la Italia meridional (en ocasiones se alude concretamente a Capri).
El primer testimonio escrito que se tiene de ellas es su mención en la Odisea de Homero. Sin embargo, ya figuraban con la citada forma en las representaciones artísticas más antiguas de Grecia, muchas de las cuales son monumentos y ofrendas funerarios. Se deduce así su presumible vínculo con el otro mundo, unido al frecuente uso iconográfico de los seres alados para representar a los espíritus de los difuntos.
Si bien es un tema que sigue siendo objeto de debate entre los expertos, parece plausible que, en un principio, los griegos hubieran visto a las sirenas como las encargadas de transportar las almas al Hades (función que posteriormente acabaría asumiendo el dios Hermes en su papel de psicopompo).
En época preclásica comenzaron ya a asimilar, aunque nunca plenamente, ciertos aspectos aislados de otras ninfas como las náyades o las nereidas: en concreto, la asociación más o menos directa con el medio líquido y la fatalidad de su atractivo. Náyades y nereidas resultaban letales para los hombres debido a su naturaleza acuática, si bien eran normalmente benéficas y les prestaban ayuda; en cambio, las sirenas adquirieron un carácter maligno de matiz monstruoso, pues el influjo irresistible de su canto llevaba intencionadamente a la perdición. Las naves que se acercaban a su isla acababan estrellándose contra las rocas y ellas devoraban a los marineros, dejando la costa repleta de huesos.
Los antropólogos que suscriben el parentesco de las sirenas con el más allá plantean una teoría: en paralelo con arquetipos de otras mitologías, quizá estos seres fueran inicialmente genios que guardaban el paso hacia las Puertas de la Muerte. Puertas que muy bien podrían estar simbólicamente emparentadas con el paso de Escila y Caribdis, al que las sirenas están próximas en los cantos homéricos. Eurípides, en una estrofa del coro de Helena (verso 168) las llama παρθηνικοι κοραι parthenikoi korai, ‘jóvenes doncellas’; en este fragmento se apoyan Laurence Kahn-Lyotard y Nicole Loraux para incluirlas dentro de las figuras del Más Allá, identificándolas con las cantoras de las Islas de los Bienaventurados descritas por Platón.
Distintos relatos las hacen descender de los dioses fluviales Aqueloo o Forcis, sea sin intervención femenina o con la de las musas Estérope, Melpómene o Terpsícore, relacionadas con el canto y el baile. Su número es también impreciso, contándose entre dos y cinco. Los nombres registrados incluyen Agláope (la de bello rostro), Telxiepia (de palabras aclamantes) o Telxínoe (deleite del corazón), Pisínoe (la persuasiva), Parténope (aroma a doncella), Ligeia (empleado luego por Edgar Allan Poe para el célebre cuento homónimo sobre una mujer de mortal belleza), Leucosia (como un ser puro), Molpe (la musa), Radne (mejoramiento) y Teles (la perfecta).
Figuran en algunos episodios míticos, muchas veces con reminiscencias de su antiguo papel como deidades ctónicas de la otra vida. Algunas versiones narran que acompañaban a Perséfone cuando fue raptada por Hades, y que su apariencia bestial fue el castigo impuesto por Deméter por no proteger a su hija del dios del inframundo. En otras, el cuerpo alado es un don de Zeus para permitirles perseguir al raptor, y aún en otras es una pena impuesta por Afrodita por resistirse a la voluptuosidad o por envidia de su gran belleza.
También se cuenta que las sirenas perdieron sus plumas como castigo por retar a las Musas a una competición de canto que perdieron, y que cuando Orfeo y Ulises se resistieron al efecto de sus voces se arrojaron al mar, convirtiéndose en escollos o pereciendo. En esta última versión, el cadáver de una de ellas, Parténope, fue arrastrado por las olas hasta la orilla y en torno a su sepulcro se fundó la actual Nápoles.

Sirenas de otras mitologías: En Medio Oriente: Las primeras historias conocidas sobre sirenas aparecieron en Asiria, antes del 1000 AC. El hecho de representarlas con medio cuerpo de pez se debe a la leyenda referida por Diodoro Sículo en la que Derceto ofendió a Venus y entonces la diosa le inspiró amor hacia un pastor. De este amor nació una niña, Semíramis, que llegaría a ser reina de Babilonia. Después de nacer su hija, también por obra de Venus, acabó el amor. Derceto, llena de ira, abandonó a su hija, hizo matar al hombre a quien había amado y se arrojó al agua dispuesta a suicidarse, lo que los dioses no permitieron. Así dio origen a su morfología anfibia. Esta diosa Derceto es muy similar a la figura de Atargatis la diosa siria con forma de sirena a la cual los peces le eran consagrados. La diosa fue adorada en templos en los que había grandes estanques, y, puesto que era la deidad que gobernaba los mares, sus sacerdotes solían vender licencias de pesca a los marineros.
En las Islas Británicas: Las sirenas se observaron en el folclore británico como presagios de mala suerte. Las sirenas también podrían nadar en agua dulce y llegar hasta los ríos y lagos y ahogar a sus víctimas, haciéndoles creer que eran personas que se estaban ahogando. En ocasiones, las sirenas podrían curar enfermedades. Algunas sirenas eran descritas como monstruos grandes de hasta 600 m.
Es muy conocida en Gales la historia de Dahud, la princesa de Caer Ys, una ciudad que, debido a los pecados de la hija del Rey (la joven y bella Dahud), fue condenada por los dioses a ser tragada por las olas. Cuando el padre de Dahud escapaba, su hija cayó al mar, y ahí sigue desde entonces, transformada en una sirena, nadando entre las ruinas de Caer Ys. Otra leyenda muy popular en Gales es la de Murgen: En el siglo VI, una sirena fue capturada y bautizada en el norte de Gales, y se le enseñó la lengua nativa. Se dijo que no era pez porque cosía y hablaba, pero no era mujer porque podía vivir bajo el agua. La sirena figuró como una santa en ciertos almanaques antiguos, bajo el nombre de Murgen que quiere decir mujer que viene del mar.
En Irlanda a los sirénidos los llaman merrows. Creen que el número de hembras es superior al de los machos, aunque estos son más feos que sus compañeras: un merrow masculino poseen dientes puntiagudos y rostro semejante a un cerdo. Todos los merrows se caracterizan por las membranas de sus manos, su hostilidad hacia los humanos y sus prendas mágicas, que les permiten atravesar cualquier corriente oceánica. Todo hombre o mujer que le roba la prenda a un merrow tiene poder sobre él, y en muchos relatos, varios hombres esconden estas prendas obligando a las hembras a casarse con ellos. Los hombres ganan así esposas bellas y ricas (debido a los botines que las sirenas obtienen con los naufragios), pero si la esposa merrow recupera su prenda, la llamada del mar será tan fuerte que acabará abandonando a sus hijos y a su marido.
En la mitología escocesa, hay una sirena llamada Ceasg o "doncella de las olas". La parte inferior de esta sirena es la de un salmón. Se dice que a aquellos que la capturan les concede tres deseos si la devuelven al agua, pero cuando un hombre se enamora de ella, la mujer-salmón lo seduce y lo arrastra a las profundidades. Famosos son también en Escocia los selkies, hadas marinas que en el mar adoptan la forma de una foca, pero al llegar a la tierra se deshacen de sus pieles para tomar forma de mujer. Al igual que con los merrows, todo hombre que quiera una esposa selkie solo tiene que robarle la piel de foca, pero si ella encuentra la piel, volverá al mar para siempre. Los hijos nacidos de la unión de hombres y selkies tenían membranas que unían los dedos de sus pies o sus manos.
En China: En algunos cuentos antiguos, las sirenas son una especie cuyas lágrimas se convierten en perlas preciosas. Las sirenas también pueden tejer un material muy valioso que no solo es ligero sino también hermoso y transparente. Debido a esto, los pescadores siempre tenían ganas de agarrarlas, pero el canto de las sirenas lo dificultaba. En otras leyendas chinas, las sirenas son unas criaturas maravillosas, hábiles y versátiles y estaba mal visto que los pescadores quisieran capturarlas.
En la Península Ibérica: Las historias de sirenas también son muy famosas en la península, hay una gran cantidad de relatos acerca de mujeres-pez que seducen a los marinos, aunque en otros, estas ninfas son totalmente benevolentes.
Es famosa en Cantabria la historia de La Sirenuca, una sirena que antes fue humana. Su madre, harta de que la desobedeciera para ir a los acantilados, gritó "Permita Dios que te vuelvas pez", y así sucedió. Desde entonces, alerta con su canto a los marineros de que se acercan peligrosamente a los acantilados. Esta es una de las pocas sirenas completamente buenas de la mitología europea.
En País Vasco son muy populares los seres mitológicos llamados Itsas-Lamiak, que en castellano significa Lamias del mar. También se les llama Arrainandereak (mujeres-pez). En lugar de piernas o pies palmeados de pato como toda Lamia de las montañas vascas y navarras, poseen una larga cola de pez. Igual que las otras Lamias, las Itxaslamiak peinan sus cabellos con peines de oro de los que dependen totalmente. Quien quiera dominarlas puede robarles el peine, aunque eso las enfurece, pudiendo ahogar al ladrón o traer mal tiempo a las costas. Sin embargo, no siempre son malas y a veces se enamoran apasionadamente de los marineros que rondan por las costas vascas.
En la mitología extremeña también hay sirenas, pero éstas viven en los ríos, de los que salen para ahogar a los hombres después de seducirlos con sus cantos. Se cree que hay una sirena que nada por las aguas del Tajo en Garrovillas, y otra que cada noche de San Blas, sale de la fuente de Luná en Usagre para atraer y ahogar a sus víctimas.
Sirenas en la actualidad: En la actualidad, podemos encontrar diversidad de opiniones acerca de la existencia de estas criaturas que, según conocemos, son íntegramente mitológicas. Esta diversidad la encontramos en documentales o artículos que aseguran e incluso argumentan su existencia. Un ejemplo es un documental televisado en la cadena Animal Planet de Discovery Channel, 'Sirenas: El cuerpo hallado'. [1]. He aquí el enlace a través del cual se muestra un artículo publicado por el diario "El Mundo" el 5 de julio de 2012. Este hace ver que lo dicho en el documental de Discovery Channel es falso.
Las sirenas en la literatura: En la leyenda de Jasón y los Argonautas, los marineros encantados por la voz de las sirenas se salvaron del desastre gracias a la habilidad de Orfeo, que logró con su canto tapar la música de aquellas y distraer a los Argonautas que se hubieran encallado de otro modo en los sirenum scopuli donde estas habitaban. Derrotadas por la superior habilidad de Orfeo, las sirenas se transformaron en piedra, o en otras versiones se arrojaron al mar para morir.
En la Odisea (XII, 39), Ulises preparó a su tripulación para evitar la música de las sirenas tapándoles los oídos con cera; deseoso de escucharlas él mismo, se hizo atar a un mástil para no poder arrojarse a las aguas al oír su música.
En el cuento La sirenita, de Andersen, la protagonista es una sirena enamorada que acude a una bruja para que le dé piernas a cambio de su dulce voz.
En las Las mil y una noches las sirenas se conciben como anatómicamente idénticas a los seres humanos con una única distinción, su capacidad de respirar y vivir bajo el agua. En este cuento los humanos y las sirenas pueden reproducirse. Como resultado los hijos de estas uniones tienen la capacidad de vivir bajo el agua. En el cuento "Abdullah Abdullah de los Pescadores y el Merman", el protagonista del Pescador Abdullah gana la habilidad de respirar bajo el agua y descubre una sociedad bajo el agua que se presenta como un reflejo invertido de la sociedad sobre la tierra. En "Las aventuras de Bulukiya", la búsqueda del protagonista Bulukiya para la hierba de la mortalidad, le lleva a explorar los mares, donde se encuentra con el reino de las sirenas. En el titulado La ciudad de bronce1 leemos la siguiente descripción:
“las dos hijas del mar [...] eran dos maravillosas criaturas de largos cabellos ondulados como las olas, de cara de luna y de senos admirables y redondos y duros cual guijarros marinos; pero desde el ombligo carecían de las suntuosidades carnales que generalmente son patrimonio de las hijas de los hombres, y las sustituían con un cuerpo de pez que se movía a derecha y a izquierda, de la propia manera que las mujeres cuando advierten que a su paso llaman la atención. Tenían la voz muy dulce, y su sonrisa resultaba encantadora; pero no comprendían ni hablaban ninguno de los idiomas conocidos, y contentábanse con responder únicamente con la sonrisa de sus ojos a todas las preguntas que se les dirigían”.
Muy distinta es la sirena del relato de Hans Christian Andersen La Sirenita, capaz de entender y hablar la lengua de los hombres, un personaje tierno y enamoradizo que salva a un apuesto príncipe de naufragar. La joven sirena se enamora y hace un pacto con la bruja del mar: La hechicera la transformará en humana, pero si el príncipe se casa con otra, morirá. Además, como pago, la bruja le corta la lengua y así se queda con su bella voz. El príncipe, tras un brevísimo idilio, se casa con una joven de sangre noble, y las hermanas de la sirena le ofrecen un cuchillo mágico que le devolverá la cola si mata con él al príncipe. Pero el amor de la sirenita es tan grande que prefiere transformarse en espuma que matar a la joven. Por su bondad, será recompensada con un alma inmortal, algo que ninguna sirena poseía según Andersen.
También se puede recordar a JK Rowling, quien en el cuarto libro de la saga Harry Potter, el Cáliz de Fuego, inserta a las sirenas en el lago negro, lugar donde Harry deberá pasar su segunda prueba. Dice que su canto solo es entendible debajo del agua, y que muy pocos magos pueden comprenderlas fuera de la misma. No las describe como criaturas bellas.
Atractivo de las sirenas: Aunque en la iconografía moderna las sirenas se representan por lo general como de abrumadora belleza, es probable que en la tradición clásica su único atractivo radicase en su voz, y que su apariencia fuese poco menos que monstruosa.
Se ha comentado que posiblemente las sirenas que tanto intrigaron a Sigmund Freud son la intelectualización tardía de un hecho narrativo que aúna peligro y belleza. En todo caso, ése sería un añadido elaborado a lo largo de los siglos a su origen como horrendas y extraordinarias cantantes que ocultaban el asesinato y la antropofagia.
Imagen de las sirenas en televisión: H2O: Una exitosa serie de televisión australiana juvenil estrenada en el 2010. Trata de 3 chicas de 16 años que desarrollan su día a día en las soleadas playas de la Costa Dorasa. Las chicas se encuentran un día perdidas en el mar, flotando hacia la misteriosa Isla de Mako. Descubren un canal submarino, y deciden nadar para buscar la salida. Al salir a la superficie, la luz de una luna llena ilumina el agua, creando un precioso resplandor. Emma, Cleo y Rikki salen de la isla lo más rápido que pueden, y vuelven a la vida "normal". Sin embargo, las chicas descubren que su vida no volverá a ser normal, puesto que en 10 segundos después de tocar el agua, se convierten en sirenas.
Pichi pichi pitch: Se trata de una serie manga japonesa de gran éxito creada en el 2004. La serie trata de Luchia, la princesa sirena de la perla rosa que junto a su fiel guardián Hippo parten en busca del chico que conoció cuando era una niña y de su perla rosada, que había perdido en el mundo humano por entregársela al chico y salvarlo. Durante un paseo en la playa conoce a Kaito, el chico que salvó hace años, pero no la reconoce debido a que su forma humana es diferente a su forma de sirena. Al matricularse en el instituto conoce a Hannon, que resulta ser una de las siete princesas sirenas, la de la perla aquamarina. Más adelante conocen a Rina, otra de las siete princesas sirenas que posee la pela verde. Ellas deben luchar contra las diablesas acuáticas que intentan secuestrarlas y llevarlas junto a su señor para fines maléficos y así conseguir la paz en los 7 mares.
En Harry Potter y El Caliz de fuego, aparecen en la segundo prueba del torneo de los tres magos, en el lago negro.

La teoría científica detrás de la leyenda: En la mente de la gran mayoría de las personas, las sirenas son criaturas totalmente fantásticas de los cuentos de hadas y la mitología. El especial SIRENAS desafía esta creencia popular, planteando la posibilidad de que las sirenas sean tan reales como cualquiera de nosotros. Para ello, el programa examina la teoría científica (teoría del primate acuático) que respalda la posible existencia de las sirenas y su posterior evolución a partir de los simios.
Combinando narración, ciencia e historia humana, SIRENAS nos obliga a abrir nuestras mentes hasta cuestionar los límites de nuestras creencias y la posibilidad de que algo hipotético pudiera ser verdad.
Existen ya ciertos hechos probados que podrían ayudarnos a creer en algo inimaginable: la posibilidad de que las sirenas realmente existan.  Por ejemplo:
·         ¿Es posible que algunos monos se separaran de los simios terrestres hace millones de años (debido a las inundaciones costeras) y que evolucionaran hasta convertirse en criaturas acuáticas de alguna forma emparentadas con los seres humanos?
·         Los bebés humanos instintivamente aguantan la respiración cuando son sumergidos bajo el agua antes incluso de haber comenzado a caminar (algo que los bebés primates no pueden hacer)…
·         ¿Fuimos los humanos alguna vez capaces de gozar de un estado acuático?
·         Los delfines parecen establecer una conexión única con los seres humanos y poseen una habilidad adquirida para cazar cooperativamente con éstos…
·         ¿Es posible que los delfines aprendieran a cazar con los humanos porque todavía recuerdan el haber cazado en cooperación con las sirenas, una especie sumamente parecida a la nuestra?
·         Algunas especies nuevas de ballenas (los mamíferos marinos más grandes) se han descubierto durante el transcurso de las dos últimas décadas...
·         ¿Es posible que no hayamos descubierto a todas las criaturas de los océanos? ¿Respondería esto a la pregunta de por qué no hemos descubierto todavía a las sirenas?
·         Antiguas y dispares civilizaciones describían a las sirenas como seres que no mantenían comunicación alguna con otras culturas…
·         ¿No sería éste un dato real detrás de la leyenda? Recuerda estos datos y posibilidades y no te pierdas el desarrollo completo de esta historia en el especial SIRENAS.
¿Existen las sirenas?: Por elemental que parezca la respuesta, lo cierto es que la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EEUU (NOAA) ha tenido que avisar en un comunicado que "no se han encontrado nunca evidencias de la existencia de estos humanoides acuáticos".
El motivo de este inusual anuncio ha sido la emisión de un documental en la popular cadena de televisión Animal Planet del Discovery Channel. El largometraje, titulado `Sirenas: el cuerpo hallado´ daba a entender la posible existencia de sirenas y tuvo mucho éxito entre la población estadounidense.
A pesar de todo, el comunicado de la NOAA es ambiguo y deja una pregunta en el aire: "¿Por qué, entonces, ocupa el inconsciente colectivo de casi todos los pueblos marineros? Ésa es una pregunta que es mejor dejar a los historiadores, filósofos y antropólogos".
La NOAA también hace un repaso a la historia de estos legendarios seres: "en el antiguo Lejano Oriente, las sirenas eran las esposas de los poderosos dragones marinos, y servían de mensajeras de confianza entre sus cónyuges y los emperadores en la tierra", y recuerda que Homero ya habló de ellas en su famosa obra `La Odisea´. "Las sirenas aparecieron por primera vez en las pinturas rupestres en el Paleolítico tardío (Edad de Piedra), periodo de hace unos 30.000 años, cuando los hombres modernos ganaron el dominio sobre la tierra y, presumiblemente, comenzaron a navegar por los mares", explica el comunicado.
¿Quiénes eran las nereidas?: Así se conoce en la mitología griega a las hijas de la oceánide Doris y de Nereo, el dios del mar. Entre otros autores, Homero y Apolodoro de Atenas las mencionan y, si bien no se ponen de acuerdo en su número exacto -por ejemplo, Hesíodo cita 50-, coinciden en que simbolizan los aspectos más amables del mar. Según la tradición, estas ninfas vivían con su padre en las profundidades, pero a veces acudían a socorrer a los navegantes. Algunas, incluso, se involucraron en la vida de los mortales, como Tetis, madre de Aquiles.
La leyenda de las "mujeres marinas? es un magnífico caldo de cultivo para la aparición de fraudes. Desde hace décadas se han hallado numerosos cadáveres manufacturados de sirenas. Estas incluso se apuntan a las nuevas tecnologías, y así, tras el tsunami que devastó en 2004 el sudeste asiático, aparecieron en la Red unas fotos de los restos de un espécimen que supuestamente había quedado varado... Más falso que un euro de madera, por supuesto.
UN documental polémico: La difusión de un documental de Discovery Channel, en el que varios científicos presentan evidencias sobre la existencia de “sirenas”, provoca asombro y deja un sinfín de preguntas sin responder. La desconfianza crece aún más cuando encontramos en Internet algunos sitios web que aseguran que las sirenas existen e incluso muestran fotografías de seres grotescos con apariencia humana y con cola de pescado. Tampoco faltan las páginas en las que hay personas que dan “testimonio” de haber visto a una de esas criaturas, lo que contamina aún más esa información.
Asimismo, la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) difundió en su portal un comunicado en el que afirma que "no se ha encontrado nunca evidencias de la existencia de estos humanoides acuáticos".  El motivo de este inusual anuncio se dio después del estreno del documental titulado “Sirenas: el cuerpo hallado”, en 2012, en el que se da a entender la posibilidad de que existan las sirenas. A pesar de todo, el comunicado de la NOAA es ambiguo y plantea un cuestionamiento: "Entonces, ¿por qué las sirenas ocupan el inconsciente colectivo de casi todos los pueblos marineros? Esa es una pregunta que es mejor dejar que la respondan los historiadores, filósofos y antropólogos". La NOAA también hace un repaso a la historia de estos legendarios seres: "En el antiguo lejano Oriente, las sirenas eran las esposas de los poderosos dragones marinos, y servían de mensajeras de confianza entre sus cónyuges y los emperadores en la tierra", y recuerda que Homero ya habló de ellas en “La Odisea”.
"Las sirenas aparecieron por primera vez en las pinturas rupestres en el Paleolítico tardío (Edad de Piedra), periodo de hace unos 30.000 años, cuando los hombres modernos ganaron el dominio sobre la tierra y, presumiblemente, comenzaron a navegar por los mares", detalla el comunicado. Documental de Discovery Channel En un programa especial del canal Animal Planet, de la cadena Discovery Channel, varios científicos plantean la existencia de criaturas humanoides acuáticas y exponen su teoría de cómo evolucionaron estos seres marinos para mantenerse ocultos de la humanidad. La historia se relaciona con la hipótesis del simio acuático. El relato se inicia en 2004, cuando un grupo de ballenas muertas fue localizado en una playa de Washington. El programa mezcla hechos reales y fenómenos no explicados con la historia de dos científicos que cuentan que encontraron los restos de una criatura marina nunca antes identificada y describe cómo las sirenas pueden haber evolucionado a partir del árbol genealógico humano temprano.
En el documental también se revela que, en 2004, unos jóvenes de Washington fueron los primeros en observar uno de los encallamientos de ballenas en Estados Unidos. Pero, los adolescentes, antes de reportar aquel hallazgo, grabaron por varios minutos a aquellos mamíferos.
Uno de estos chicos poseía una cámara con la que grabó detalladamente hasta que, inesperadamente, se percató de la presencia de un ser extraño. Este descubrimiento fue descrito de muchas maneras en los informes oficiales y aquel video no se hizo público hasta la difusión del documental.
El Departamento de Pesca de Estados Unidos envió a la zona al biólogo marino Bryan Mccormick, quien se encargó de la investigación. El investigador publicó en 1999 un estudio en el que relacionaba los encallamientos de ballenas con experimentos militares con sonar, pruebas que cesaron el año 2000.  El doctor Mccormick y su equipo sospechaban que la Marina de EEUU había retomado el uso del sonar (acción que sería la causa de estos varamientos).  En el documental aparecen dos miembros del equipo de investigadores que decidieron revelar lo que descubrió la Marina, pero que ocultó durante años.
El doctor Paúl Robertson, asistente de investigación, menciona que cuando llegaron a la playa donde estaban las ballenas muertas, sólo se encontraban ciertas personas de la Marina, quienes habían cerrado la zona donde se encontraban personas con trajes protectores. Por su parte, la doctora Rebecca Davis relata que nunca había observado un fenómeno por el que las ballenas sangraban por las orejas, razón por la que los tres científicos decidieron no retirarse del lugar hasta examinar los tejidos orgánicos. Se cree que el alto sonar de la Marina asustó a las ballenas y provocó el encallamiento.
Historia de los seres fabulosos: Su nombre se ha insertado en el lenguaje corriente para acuñar frases como "cuerpo de sirena", para referirse a la mujer de armoniosa figura, o "escuchar cantos de sirena" para aludir a quien oye algo bello aunque de tramposo fundamento.
Las sirenas (en griego antiguo “encadenado”, relacionado quizá con el sánscrito Kimera, “quimera”) son seres fabulosos, originarios de la mitología griega y ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y representación han variado con el tiempo.
Aunque en su forma original eran genios marinos híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más común las describe como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas. Es por ello que muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica (inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid, alemán meerjungfrau).
Las sirenas en mitología griega son criaturas ligeramente difusas debido al remoto y rico trasfondo de su origen, probablemente ligado al mundo de los muertos.
Según los mitos originales, se trataba de seres con cuerpo de pájaro y rostro o torso de mujer, que inequívocamente se distinguen siempre por el hecho de tener una voz musical, prodigiosamente atractiva e hipnótica. La tradición las hacía habitar en una isla del Mediterráneo frente a Sorrento, en la costa de la Italia meridional.
El misterioso bloop y los hidrófonos: El doctor Bryan Mccormick se dio cuenta que no sólo necesitaba el tejido de las ballenas muertas halladas para probar su teoría, sino que podían usar los hidrófonos que la NOAA instala en las bollas de profundidad para grabar el sonido de la fauna marina y actividad sísmica.
Él esperaba encontrar sonidos de ballenas, lo cual fue así, pero también había lo que hoy se conoce como el detonador de sonar. La grabación presentaba un sonido de otro animal no conocido y su equipo se dio cuenta que se trataba de un “bloop”, el que ya fue detectado en 1997.
En los meses posteriores, los varamientos fueron aumentando y creció la alerta contra la Marina sobre la explosión sónica.
Además, el departamento de la NOAA supo de otros acontecimientos, informes de cuerpos que aparecían con las ballenas y las autoridades asistían a revisar cada escena de aquellos incidentes.
Para resolver el misterio buscaron al doctor Rodney Webster, un especialista en comunicación animal, específicamente en la relación que existe entre delfines y ballenas.
El estudioso dijo que descubrió muchos significados, relacionándolos con patrones ya existentes, y que además de escuchar el sonido de la detonación del sonar, descubrió un sonido especial que llamó su atención y es lo que se denominó “bloop”.
Misteriosa criatura hallada en Sudáfrica: La NOAA investigaba la misteriosa aparición de peces con lanzas clavadas, cuando encontró en un varamiento de Sudáfrica a una criatura que estaba comiendo el cadáver de una ballena.
Más tarde este ser fue devorado por un tiburón que poseía un aguijón de mantarraya incrustado cerca de su boca. La criatura, que no estaba en buenas condiciones, fue llevada al laboratorio, y se recuperó de ella sólo un 30 por ciento.
Tomaron muestras de ADN para establecer la estructura genética. Tenía caninos incisivos y molares, una dentadura omnívora, mientras que un mamífero acuático tiene homodoncia; es decir, sus dientes tienen la misma forma y tamaño. Y ningún mamífero marino es omnívoro.
De las partes que se recuperaron, lo que estaba en un mejor estado era la aleta de su cola y se parecía a un manatí. Se usaron rayos X y encontraron que tenía extrañamente huesos en la cola. El cráneo tenía un agujero en el hueso frontal y pensaron que sería un hueso respiratorio, relacionándolo a un delfín.
El aguijón de mantarraya encontrado en el tiburón que devoró a este ser, encajaba perfectamente. El hueso había sido claramente esculpido y manipulado para sostener algún objeto.  Por lo tanto, este espécimen había aprendido a usar partes de otro animal como herramienta para matar peces.
Investigación con partes de cuerpo: Posteriormente se trabajó con la falange, la que no era una aleta sino una mano. Luego se encontró resto de huesos de pelvis, suponiendo que era el de una foca, pero la de ellos es más pequeña. Este ser poseía las mismas caderas que el de un animal erguido.
Por otro lado, se descubrió un ácido graso nunca antes visto, que se mantiene líquido y conserva sus propiedades aislantes en aguas heladas. Además, se encontraba una hemoproteína que guarda oxigeno en los músculos y una red de vasos sanguíneos que mantienen funcionando los órganos vitales: La mioglobina (presentes en los mamíferos acuáticos). La fisiología de la criatura aportó datos de su comportamiento, se encontró un vaso, el que se usa como reserva de oxígeno y sangre, lo que permite sumergirse a grandes profundidades.
Por otra parte, la doctora Leanne Visser, antropóloga forense, reconstruyó la apariencia del individuo basada en fragmentos del cráneo y otros huesos. La restauración reveló que las órbitas del cráneo eran más grandes que la de cualquier humano contemporáneo.
Las diosas de la la literatura: Distintos relatos las hacen descender de los dioses fluviales Aqueloo o Forcis, sea sin intervención femenina o con la de las musas Estérope, Melpómene o Terpsícore, relacionadas con el canto y el baile.
Desde Homero, que "La Odisea" relata encuentros entre Ulises y las sirenas, hasta en las aventuras de Jason y los Argonautas, podemos encontrar no sólo en la cultura griega mencionar a esos seres. Cuentos japoneses mencionan a “hijas del océano” no especifican si son o no sirenas, pero sí dicen que son seres que viven y respiran bajo el agua.
También nos podemos encontrar más adelante a Christian Hans Andersen, en su famoso cuento de “La sirenita”, donde la protagonista es una sirena.
Asimismo, James Matthew Barrie, en su cuento de Peter Pan las vuelve a aparecer en la historia, hasta llegar con JK Rowling que menciona a unas en su saga de Harry Potter.
Entrando en el siglo XVI, periodo de mayor tráfico marítimo entre Europa y América, las bitácoras de abordo dan cuenta de la aparición repentina de bellas mujeres que seducían con su voz a toda la tripulación y tenían la extraña característica de ser mitad pez y mitad humano.
Al canto de las sirenas se atribuía tan poderoso hechizo que nadie podía sustraerse a su atracción y era la perdición de los navegantes.
Un caso de sirenas reales: No todos los días cobran vida unas criaturas nacidas en la mitología griega. Convengamos que los avistamientos de sirenas, como se le llama a este bellísimo críptido capaz de hechizar de muerte a sus testigos, no abundan en la crónica periodística. Por eso es llamativo que un equipo de estudiantes y docentes de la Universidad de Lincoln, Gran Bretaña, esté ahora mismo trabajando afanosamente en la identificación de una pieza que parece ser una sirena momificada hallada en el Museo de Arte Buxton en Derbyshire.
Se cree que la sirena en cuestión llegó al museo desde el Lejano Oriente a mediados del siglo XIX. Anita Hollinshead, estudiante de conservación y restauración, responsable del casual hallazgo, precisó que su cabello es humano. "Gran cantidad de este tipo de sirenas procedía de Japón y fueron elaboradas por pescadores, quienes complementaban sus ingresos con la venta de sirenas falsas", señaló la redescubridora de la insólita reliquia.
Los partidarios de la existencia de estas muchachas de mala fama a quienes un fantástico desvío de la teoría de la evolución reemplazó sus piernas de piel y hueso por una cola de pescado y sus pulmones por branquias, han tenido problemas para sostener su creencia.
1) No ha habido registros, ni siquiera iconográficos, de sirenos con los cuales pudieran aparearse, lo que lleva a preguntarse por la supervivencia de la especie.
2) Sus pechos, apenas cubiertos por una larga y empapada pelambre, no parecen servir para amamantar sirenitas (nadie las ha reportado).
3) En todos estos años nadie ha grabado alguna de las melodías con que seducen de muerte a los pescadores enamoradizos.
En pleno siglo XXI las sirenas han vuelto a reclamar el derecho a la existencia, pero no a través de los medios masivos (que se atienen a una lógica curiosa, ya que le dan más crédito a las apariciones de hadas o vírgenes que a las visiones de sirenas), sino a través de testimonios virales, propagados a través de las redes sociales. Estas sirenas carecen de carisma, no están en el océano agitando sus brazos o canturreando al capitán del barco con una voz hipnótica, pero tampoco son mutantes de pescadería. Son leyendas recientes de Youtube como la que podemos ver ahora mismo:
Las sirenas, según cuenta el buzo, suelen dejarse ver en la Gran Barrera de Arrecifes, Mar del Coral, en la costa de Queensland, Australia. El sitio es una suerte de rompeolas natural de 2.000 kilómetros de longitud habitado por unas 350 especies de coral diferentes, acaso la mayor estructura jamás construida por organismos vivos.
El promotor del video recibió un alud de visitas, lo cual no prueba mucho más que el enorme deseo de los cibernautas por presenciar la manifestación de auténticas sirenas. Dice que filmó sus incursiones durante dos días seguidos. Según el relato que hace en off, la visibilidad era tan mala que la primera vez "ni él se dio cuenta" de lo que había filmado. Hasta que lo vio en la computadora. Volvió al otro día a esperar su regreso y filmó por segunda vez "algo raro". Para él, el hecho de que "reincidiera" evidenciaba que fue una sirena de verdad. "Alguien podría haberme gastado una broma una vez. Pero ¿dos veces?". (Su discurso es un poco contradictorio, ya que él mismo aclara que, por sus diferentes colas, supo que eran dos sirenas distintas).
Su amplitud de criterios ("Puedes creer o no, yo soy el primero que apenas no se cree nada de lo que se ve aquí en Youtube", aclara) y, sobre todo, su obstinado anonimato, alcanzan para desestimar la pretendida evidencia. Sin embargo, algunos han creído ver en esta manifestación acuática a un mamífero marino de verdad, uno que los antiguos australianos solían llamar "sirena". Es el dugong, un animal herbívoro muy pacífico que se alimenta de algas y habita los fondos barrosos de las zonas costeras. Sus hembras amamantan a sus bebés casi como los humanos: las madres, con la cabeza y hombros fuera del agua, sujetan a sus crías mientras éstas chuchan entre las aletas. Por eso algunos creen que las hembras de dugong han originado el mito de las sirenas.
En su momento, el ciclo del canal SyFy Fact or Faked?: Paranormal Files disfrazó de sirena a su conductora, a quien hicieron saltar al mar desde la cubierta de un barco para que tratara de reproducir las habilidades de nado de la "criatura" del video. El paralelismo, casi perfecto, redujo a valores cercanos a cero la posibilidad de que fuera una confusión con un animal marino. Y creció a valores cercanos a uno la hipótesis de una broma con fines comerciales o de entretenimiento.
Los científicos que pusieron bajo el microscopio en la Universidad de Lincoln la sirena de Buxton nunca cultivaron la esperanza de hallar pruebas de la existencia física de mujeres submarinas. Si ahora examinan el ADN de la cola, por ejemplo, es para ver de qué pescado se trata y establecer el lugar de procedencia. Las radiografías muestran que estaba hecha de madera, articulada con costillas de alambre y dientes hechos en hueso tallado. Estas piezas eran adquiridas por marineros para conjurar la mala suerte o por proveedores de curiosidades para circos. A veces, como la Sirena de Fiji, uno de los fósiles falsos más famosos del mundo (y más cuando participó en un capítulo de X-Files), se usaban cabezas de mono cosidas a colas de pescado. En este caso, según el doctor James Moffatt, profesor de fisiología en la Universidad de St. George en Londres, hicieron el cráneo de la sirena con un ovillo de papel maché atado con alambre.
Criaturas construidas por taxidermistas aficionados surgieron en Occidente en plena era dorada de los monstruos de circo y las novelas protagonizadas por quimeras. El negocio de personajes inescrupulosos como P.T. Barnum creció a expensas de construir escenarios falsos pero persuasivos, mientras los periódicos siguieron beneficiándose con los fraudes ajenos.
El único falsificador que tal vez hizo una diferencia a favor del menos común de los sentidos fue el catalán Joan Fontcuberta, quien allá por el 2000 anunció el descubrimiento de fósiles en la Reserva Geológica de Alta Provenza, Digne, Francia, de un ancestro anfibio de los homínidos, el hydropithecus. La instalación de aquellos restos falsificados, diseminados entre fósiles reales, fueron un paso más de la trayectoria de Foncuberta, un experto en documentar —mediante textos, fotos, filmes u objetos tan contundentes como el fósil de una sirena— la existencia de seres o personalidades apócrifos. "Mi trabajo es más pedagógico que artístico, pretende vacunar al espectador contra el exceso de realismo de lo fotográfico, inocularle reacciones de duda e incertidumbre", indicó Foncuberta, quien por supuesto es un artista y no un arqueólogo.
Un pescador que compensa su sueldo creando animales imaginarios; un buceador que filma a una amiga disfrazada vaya uno a saber con qué propósitos; un grupo de investigadores que analiza el ADN de las escamas de un pescado de dos siglos de antigüedad; un artista que trabaja para convecernos de la existencia de fósiles de sirenas...
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