Sirenas
Que son: Las sirenas (en griego
antiguo, Σειρήν Seirến, ‘encadenado’, relacionado quizá con el sánscrito
Kimera, ‘quimera’) son seres fabulosos, originarios de la mitología griega y
ampliamente extendidos en las narraciones fantásticas de la literatura
occidental, cuya función y representación han variado con el tiempo.
Aunque en su forma original eran
genios marinos híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más
común las describe como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas.
Es por ello que muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica
(inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid,
alemán Meerjungfrau).
Síndrome de sirena: Sirenomelia,
también llamado "síndrome de sirena", es una enfermedad rara
congénita trastorno en el cual nace un niño con sus piernas fusionadas y la
reducción de los genitales
Tipología: Su tipología es variada,
por regla general, son sirenas de tratamiento naturalista, hermoso rostro y
largo cabellos, que en muchas ocasiones sostienen instrumentos musicales o se
dedican a acariciar sus cabellos en actitud coqueta. En el s. XVI, la actitud
más generalizada de las sirenas fue sostener con las manos un espejo y un
peine. La cola era un emblema de la prostitución y el espejo, considerado como
objeto mágico, era atributo de la mujer impura, y servía para contemplar el
rostro de la muerte o el culto al diablo (similitud a la actitud de afrodita en
el mundo clásico). La sirena también implica un símbolo de los tiempos de
transición de Carnestolendas (carne) a la cuaresma (pez). Más adelante las
sirenas aparecen amamantando a sus crías. La leche de las sirenas era conocida
por los alquimistas con una proteína que permitía el crecimiento rápido de los
héroes abandonados en el agua. Por otra parte la tipología que gozó de mayor
predicamento en las representaciones góticas, fue la sirena de cola pisciforme
única.
En la cultura Griega: En el marco de
la mitología griega, las sirenas son criaturas ligeramente difusas debido al
remoto y rico trasfondo de su origen, probablemente ligado al mundo de los
muertos. Según los mitos originales se trataba de seres con cuerpo de pájaro y
rostro o torso de mujer, que inequívocamente se distinguen siempre por el hecho
de tener una voz musical, prodigiosamente atractiva e hipnótica. La tradición
las hacía habitar en una isla del Mediterráneo frente a Sorrento, en la costa
de la Italia meridional (en ocasiones se alude concretamente a Capri).
El primer testimonio escrito que
se tiene de ellas es su mención en la Odisea de Homero. Sin embargo, ya
figuraban con la citada forma en las representaciones artísticas más antiguas
de Grecia, muchas de las cuales son monumentos y ofrendas funerarios. Se deduce
así su presumible vínculo con el otro mundo, unido al frecuente uso
iconográfico de los seres alados para representar a los espíritus de los
difuntos.
Si bien es un tema que sigue
siendo objeto de debate entre los expertos, parece plausible que, en un
principio, los griegos hubieran visto a las sirenas como las encargadas de
transportar las almas al Hades (función que posteriormente acabaría asumiendo
el dios Hermes en su papel de psicopompo).
En época preclásica comenzaron ya
a asimilar, aunque nunca plenamente, ciertos aspectos aislados de otras ninfas
como las náyades o las nereidas: en concreto, la asociación más o menos directa
con el medio líquido y la fatalidad de su atractivo. Náyades y nereidas
resultaban letales para los hombres debido a su naturaleza acuática, si bien
eran normalmente benéficas y les prestaban ayuda; en cambio, las sirenas
adquirieron un carácter maligno de matiz monstruoso, pues el influjo
irresistible de su canto llevaba intencionadamente a la perdición. Las naves
que se acercaban a su isla acababan estrellándose contra las rocas y ellas
devoraban a los marineros, dejando la costa repleta de huesos.
Los antropólogos que suscriben el
parentesco de las sirenas con el más allá plantean una teoría: en paralelo con
arquetipos de otras mitologías, quizá estos seres fueran inicialmente genios
que guardaban el paso hacia las Puertas de la Muerte. Puertas que muy bien
podrían estar simbólicamente emparentadas con el paso de Escila y Caribdis, al
que las sirenas están próximas en los cantos homéricos. Eurípides, en una
estrofa del coro de Helena (verso 168) las llama παρθηνικοι κοραι parthenikoi
korai, ‘jóvenes doncellas’; en este fragmento se apoyan Laurence Kahn-Lyotard y
Nicole Loraux para incluirlas dentro de las figuras del Más Allá,
identificándolas con las cantoras de las Islas de los Bienaventurados descritas
por Platón.
Distintos relatos las hacen
descender de los dioses fluviales Aqueloo o Forcis, sea sin intervención
femenina o con la de las musas Estérope, Melpómene o Terpsícore, relacionadas
con el canto y el baile. Su número es también impreciso, contándose entre dos y
cinco. Los nombres registrados incluyen Agláope (la de bello rostro), Telxiepia
(de palabras aclamantes) o Telxínoe (deleite del corazón), Pisínoe (la
persuasiva), Parténope (aroma a doncella), Ligeia (empleado luego por Edgar
Allan Poe para el célebre cuento homónimo sobre una mujer de mortal belleza),
Leucosia (como un ser puro), Molpe (la musa), Radne (mejoramiento) y Teles (la
perfecta).
Figuran en algunos episodios
míticos, muchas veces con reminiscencias de su antiguo papel como deidades
ctónicas de la otra vida. Algunas versiones narran que acompañaban a Perséfone
cuando fue raptada por Hades, y que su apariencia bestial fue el castigo
impuesto por Deméter por no proteger a su hija del dios del inframundo. En
otras, el cuerpo alado es un don de Zeus para permitirles perseguir al raptor,
y aún en otras es una pena impuesta por Afrodita por resistirse a la
voluptuosidad o por envidia de su gran belleza.
También se cuenta que las sirenas
perdieron sus plumas como castigo por retar a las Musas a una competición de
canto que perdieron, y que cuando Orfeo y Ulises se resistieron al efecto de
sus voces se arrojaron al mar, convirtiéndose en escollos o pereciendo. En esta
última versión, el cadáver de una de ellas, Parténope, fue arrastrado por las
olas hasta la orilla y en torno a su sepulcro se fundó la actual Nápoles.
Sirenas de otras mitologías: En Medio
Oriente: Las primeras historias conocidas sobre sirenas aparecieron
en Asiria, antes del 1000 AC. El hecho de representarlas con medio cuerpo de
pez se debe a la leyenda referida por Diodoro Sículo en la que Derceto ofendió
a Venus y entonces la diosa le inspiró amor hacia un pastor. De este amor nació
una niña, Semíramis, que llegaría a ser reina de Babilonia. Después de nacer su
hija, también por obra de Venus, acabó el amor. Derceto, llena de ira, abandonó
a su hija, hizo matar al hombre a quien había amado y se arrojó al agua
dispuesta a suicidarse, lo que los dioses no permitieron. Así dio origen a su
morfología anfibia. Esta diosa Derceto es muy similar a la figura de Atargatis
la diosa siria con forma de sirena a la cual los peces le eran consagrados. La
diosa fue adorada en templos en los que había grandes estanques, y, puesto que
era la deidad que gobernaba los mares, sus sacerdotes solían vender licencias
de pesca a los marineros.
En las Islas Británicas: Las
sirenas se observaron en el folclore británico como presagios de mala suerte.
Las sirenas también podrían nadar en agua dulce y llegar hasta los ríos y lagos
y ahogar a sus víctimas, haciéndoles creer que eran personas que se estaban
ahogando. En ocasiones, las sirenas podrían curar enfermedades. Algunas sirenas
eran descritas como monstruos grandes de hasta 600 m.
Es muy conocida en Gales la
historia de Dahud, la princesa de Caer Ys, una ciudad que, debido a los pecados
de la hija del Rey (la joven y bella Dahud), fue condenada por los dioses a ser
tragada por las olas. Cuando el padre de Dahud escapaba, su hija cayó al mar, y
ahí sigue desde entonces, transformada en una sirena, nadando entre las ruinas
de Caer Ys. Otra leyenda muy popular en Gales es la de Murgen: En el siglo VI,
una sirena fue capturada y bautizada en el norte de Gales, y se le enseñó la lengua
nativa. Se dijo que no era pez porque cosía y hablaba, pero no era mujer porque
podía vivir bajo el agua. La sirena figuró como una santa en ciertos almanaques
antiguos, bajo el nombre de Murgen que quiere decir mujer que viene del mar.
En Irlanda a los sirénidos los llaman
merrows. Creen que el número de hembras es superior al de los
machos, aunque estos son más feos que sus compañeras: un merrow masculino
poseen dientes puntiagudos y rostro semejante a un cerdo. Todos los merrows se
caracterizan por las membranas de sus manos, su hostilidad hacia los humanos y
sus prendas mágicas, que les permiten atravesar cualquier corriente oceánica.
Todo hombre o mujer que le roba la prenda a un merrow tiene poder sobre él, y
en muchos relatos, varios hombres esconden estas prendas obligando a las
hembras a casarse con ellos. Los hombres ganan así esposas bellas y ricas
(debido a los botines que las sirenas obtienen con los naufragios), pero si la
esposa merrow recupera su prenda, la llamada del mar será tan fuerte que
acabará abandonando a sus hijos y a su marido.
En la mitología escocesa, hay
una sirena llamada Ceasg o "doncella de las olas". La parte inferior
de esta sirena es la de un salmón. Se dice que a aquellos que la capturan les
concede tres deseos si la devuelven al agua, pero cuando un hombre se enamora
de ella, la mujer-salmón lo seduce y lo arrastra a las profundidades. Famosos
son también en Escocia los selkies, hadas marinas que en el mar adoptan la
forma de una foca, pero al llegar a la tierra se deshacen de sus pieles para
tomar forma de mujer. Al igual que con los merrows, todo hombre que quiera una
esposa selkie solo tiene que robarle la piel de foca, pero si ella encuentra la
piel, volverá al mar para siempre. Los hijos nacidos de la unión de hombres y
selkies tenían membranas que unían los dedos de sus pies o sus manos.
En China: En algunos cuentos
antiguos, las sirenas son una especie cuyas lágrimas se convierten en perlas
preciosas. Las sirenas también pueden tejer un material muy valioso que no solo
es ligero sino también hermoso y transparente. Debido a esto, los pescadores
siempre tenían ganas de agarrarlas, pero el canto de las sirenas lo
dificultaba. En otras leyendas chinas, las sirenas son unas criaturas
maravillosas, hábiles y versátiles y estaba mal visto que los pescadores
quisieran capturarlas.
En la Península Ibérica: Las
historias de sirenas también son muy famosas en la península, hay una gran
cantidad de relatos acerca de mujeres-pez que seducen a los marinos, aunque en
otros, estas ninfas son totalmente benevolentes.
Es famosa en Cantabria la
historia de La Sirenuca, una sirena que antes fue humana. Su madre, harta de
que la desobedeciera para ir a los acantilados, gritó "Permita Dios que te
vuelvas pez", y así sucedió. Desde entonces, alerta con su canto a los
marineros de que se acercan peligrosamente a los acantilados. Esta es una de
las pocas sirenas completamente buenas de la mitología europea.
En País Vasco son muy populares
los seres mitológicos llamados Itsas-Lamiak, que en castellano significa Lamias
del mar. También se les llama Arrainandereak (mujeres-pez). En lugar de piernas
o pies palmeados de pato como toda Lamia de las montañas vascas y navarras,
poseen una larga cola de pez. Igual que las otras Lamias, las Itxaslamiak
peinan sus cabellos con peines de oro de los que dependen totalmente. Quien
quiera dominarlas puede robarles el peine, aunque eso las enfurece, pudiendo
ahogar al ladrón o traer mal tiempo a las costas. Sin embargo, no siempre son
malas y a veces se enamoran apasionadamente de los marineros que rondan por las
costas vascas.
En la mitología extremeña
también hay sirenas, pero éstas viven en los ríos, de los que salen para ahogar
a los hombres después de seducirlos con sus cantos. Se cree que hay una sirena
que nada por las aguas del Tajo en Garrovillas, y otra que cada noche de San
Blas, sale de la fuente de Luná en Usagre para atraer y ahogar a sus víctimas.
Sirenas en la actualidad: En la
actualidad, podemos encontrar diversidad de opiniones acerca de la existencia
de estas criaturas que, según conocemos, son íntegramente mitológicas. Esta
diversidad la encontramos en documentales o artículos que aseguran e incluso
argumentan su existencia. Un ejemplo es un documental televisado en la cadena
Animal Planet de Discovery Channel, 'Sirenas: El cuerpo hallado'. [1]. He aquí
el enlace a través del cual se muestra un artículo publicado por el diario
"El Mundo" el 5 de julio de 2012. Este hace ver que lo dicho en el
documental de Discovery Channel es falso.
Las sirenas en la literatura: En la
leyenda de Jasón y los Argonautas, los marineros encantados por la voz de las
sirenas se salvaron del desastre gracias a la habilidad de Orfeo, que logró con
su canto tapar la música de aquellas y distraer a los Argonautas que se
hubieran encallado de otro modo en los sirenum scopuli donde estas habitaban.
Derrotadas por la superior habilidad de Orfeo, las sirenas se transformaron en
piedra, o en otras versiones se arrojaron al mar para morir.
En la Odisea (XII, 39), Ulises preparó
a su tripulación para evitar la música de las sirenas tapándoles los oídos con
cera; deseoso de escucharlas él mismo, se hizo atar a un mástil para no poder
arrojarse a las aguas al oír su música.
En el cuento La sirenita, de
Andersen, la protagonista es una sirena enamorada que acude a una bruja para
que le dé piernas a cambio de su dulce voz.
En las Las mil y una noches las
sirenas se conciben como anatómicamente idénticas a los seres humanos con una
única distinción, su capacidad de respirar y vivir bajo el agua. En este cuento
los humanos y las sirenas pueden reproducirse. Como resultado los hijos de
estas uniones tienen la capacidad de vivir bajo el agua. En el cuento
"Abdullah Abdullah de los Pescadores y el Merman", el protagonista
del Pescador Abdullah gana la habilidad de respirar bajo el agua y descubre una
sociedad bajo el agua que se presenta como un reflejo invertido de la sociedad
sobre la tierra. En "Las aventuras de Bulukiya", la búsqueda del
protagonista Bulukiya para la hierba de la mortalidad, le lleva a explorar los
mares, donde se encuentra con el reino de las sirenas. En el titulado La ciudad
de bronce1 leemos la siguiente descripción:
“las dos hijas del mar [...] eran
dos maravillosas criaturas de largos cabellos ondulados como las olas, de cara
de luna y de senos admirables y redondos y duros cual guijarros marinos; pero
desde el ombligo carecían de las suntuosidades carnales que generalmente son
patrimonio de las hijas de los hombres, y las sustituían con un cuerpo de pez
que se movía a derecha y a izquierda, de la propia manera que las mujeres
cuando advierten que a su paso llaman la atención. Tenían la voz muy dulce, y
su sonrisa resultaba encantadora; pero no comprendían ni hablaban ninguno de
los idiomas conocidos, y contentábanse con responder únicamente con la sonrisa
de sus ojos a todas las preguntas que se les dirigían”.
Muy distinta es la sirena del
relato de Hans Christian Andersen La Sirenita, capaz de entender y hablar la
lengua de los hombres, un personaje tierno y enamoradizo que salva a un apuesto
príncipe de naufragar. La joven sirena se enamora y hace un pacto con la bruja
del mar: La hechicera la transformará en humana, pero si el príncipe se casa
con otra, morirá. Además, como pago, la bruja le corta la lengua y así se queda
con su bella voz. El príncipe, tras un brevísimo idilio, se casa con una joven
de sangre noble, y las hermanas de la sirena le ofrecen un cuchillo mágico que
le devolverá la cola si mata con él al príncipe. Pero el amor de la sirenita es
tan grande que prefiere transformarse en espuma que matar a la joven. Por su
bondad, será recompensada con un alma inmortal, algo que ninguna sirena poseía
según Andersen.
También se puede recordar a JK Rowling,
quien en el cuarto libro de la saga Harry Potter, el Cáliz de Fuego, inserta a
las sirenas en el lago negro, lugar donde Harry deberá pasar su segunda prueba.
Dice que su canto solo es entendible debajo del agua, y que muy pocos magos
pueden comprenderlas fuera de la misma. No las describe como criaturas bellas.
Atractivo de las sirenas: Aunque en
la iconografía moderna las sirenas se representan por lo general como de
abrumadora belleza, es probable que en la tradición clásica su único atractivo
radicase en su voz, y que su apariencia fuese poco menos que monstruosa.
Se ha comentado que posiblemente
las sirenas que tanto intrigaron a Sigmund Freud son la intelectualización
tardía de un hecho narrativo que aúna peligro y belleza. En todo caso, ése
sería un añadido elaborado a lo largo de los siglos a su origen como horrendas
y extraordinarias cantantes que ocultaban el asesinato y la antropofagia.
Imagen de las sirenas en televisión:
H2O:
Una exitosa serie de televisión australiana juvenil estrenada en el 2010. Trata
de 3 chicas de 16 años que desarrollan su día a día en las soleadas playas de
la Costa Dorasa. Las chicas se encuentran un día perdidas en el mar, flotando
hacia la misteriosa Isla de Mako. Descubren un canal submarino, y deciden nadar
para buscar la salida. Al salir a la superficie, la luz de una luna llena
ilumina el agua, creando un precioso resplandor. Emma, Cleo y Rikki salen de la
isla lo más rápido que pueden, y vuelven a la vida "normal". Sin
embargo, las chicas descubren que su vida no volverá a ser normal, puesto que
en 10 segundos después de tocar el agua, se convierten en sirenas.
Pichi pichi pitch: Se trata de
una serie manga japonesa de gran éxito creada en el 2004. La serie trata de
Luchia, la princesa sirena de la perla rosa que junto a su fiel guardián Hippo
parten en busca del chico que conoció cuando era una niña y de su perla rosada,
que había perdido en el mundo humano por entregársela al chico y salvarlo.
Durante un paseo en la playa conoce a Kaito, el chico que salvó hace años, pero
no la reconoce debido a que su forma humana es diferente a su forma de sirena.
Al matricularse en el instituto conoce a Hannon, que resulta ser una de las
siete princesas sirenas, la de la perla aquamarina. Más adelante conocen a
Rina, otra de las siete princesas sirenas que posee la pela verde. Ellas deben
luchar contra las diablesas acuáticas que intentan secuestrarlas y llevarlas
junto a su señor para fines maléficos y así conseguir la paz en los 7 mares.
En Harry Potter y El Caliz de fuego,
aparecen en la segundo prueba del torneo de los tres magos, en el lago negro.
La teoría científica detrás de la leyenda:
En la mente de la gran mayoría de las personas, las sirenas son criaturas
totalmente fantásticas de los cuentos de hadas y la mitología. El especial
SIRENAS desafía esta creencia popular, planteando la posibilidad de que las
sirenas sean tan reales como cualquiera de nosotros. Para ello, el programa
examina la teoría científica (teoría del primate acuático) que respalda la
posible existencia de las sirenas y su posterior evolución a partir de los
simios.
Combinando narración, ciencia e
historia humana, SIRENAS nos obliga a abrir nuestras mentes hasta cuestionar
los límites de nuestras creencias y la posibilidad de que algo hipotético
pudiera ser verdad.
Existen ya ciertos hechos
probados que podrían ayudarnos a creer en algo inimaginable: la posibilidad de
que las sirenas realmente existan. Por
ejemplo:
·
¿Es posible que algunos monos se separaran de
los simios terrestres hace millones de años (debido a las inundaciones
costeras) y que evolucionaran hasta convertirse en criaturas acuáticas de
alguna forma emparentadas con los seres humanos?
·
Los bebés humanos instintivamente aguantan la
respiración cuando son sumergidos bajo el agua antes incluso de haber comenzado
a caminar (algo que los bebés primates no pueden hacer)…
·
¿Fuimos los humanos alguna vez capaces de gozar
de un estado acuático?
·
Los delfines parecen establecer una conexión
única con los seres humanos y poseen una habilidad adquirida para cazar
cooperativamente con éstos…
·
¿Es posible que los delfines aprendieran a cazar
con los humanos porque todavía recuerdan el haber cazado en cooperación con las
sirenas, una especie sumamente parecida a la nuestra?
·
Algunas especies nuevas de ballenas (los
mamíferos marinos más grandes) se han descubierto durante el transcurso de las
dos últimas décadas...
·
¿Es posible que no hayamos descubierto a todas
las criaturas de los océanos? ¿Respondería esto a la pregunta de por qué no
hemos descubierto todavía a las sirenas?
·
Antiguas y dispares civilizaciones describían a
las sirenas como seres que no mantenían comunicación alguna con otras culturas…
·
¿No sería éste un dato real detrás de la
leyenda? Recuerda estos datos y posibilidades y no te pierdas el desarrollo
completo de esta historia en el especial SIRENAS.
¿Existen las sirenas?: Por elemental
que parezca la respuesta, lo cierto es que la Administración Nacional Oceánica
y Atmosférica de EEUU (NOAA) ha tenido que avisar en un comunicado que "no
se han encontrado nunca evidencias de la existencia de estos humanoides
acuáticos".
El motivo de este inusual anuncio
ha sido la emisión de un documental en la popular cadena de televisión Animal
Planet del Discovery Channel. El largometraje, titulado `Sirenas: el cuerpo
hallado´ daba a entender la posible existencia de sirenas y tuvo mucho éxito
entre la población estadounidense.
A pesar de todo, el comunicado de
la NOAA es ambiguo y deja una pregunta en el aire: "¿Por qué, entonces,
ocupa el inconsciente colectivo de casi todos los pueblos marineros? Ésa es una
pregunta que es mejor dejar a los historiadores, filósofos y
antropólogos".
La NOAA también hace un repaso a
la historia de estos legendarios seres: "en el antiguo Lejano Oriente, las
sirenas eran las esposas de los poderosos dragones marinos, y servían de
mensajeras de confianza entre sus cónyuges y los emperadores en la
tierra", y recuerda que Homero ya habló de ellas en su famosa obra `La
Odisea´. "Las sirenas aparecieron por primera vez en las pinturas
rupestres en el Paleolítico tardío (Edad de Piedra), periodo de hace unos
30.000 años, cuando los hombres modernos ganaron el dominio sobre la tierra y,
presumiblemente, comenzaron a navegar por los mares", explica el
comunicado.
¿Quiénes eran las nereidas?: Así se
conoce en la mitología griega a las hijas de la oceánide Doris y de Nereo, el
dios del mar. Entre otros autores, Homero y Apolodoro de Atenas las mencionan
y, si bien no se ponen de acuerdo en su número exacto -por ejemplo, Hesíodo
cita 50-, coinciden en que simbolizan los aspectos más amables del mar. Según
la tradición, estas ninfas vivían con su padre en las profundidades, pero a
veces acudían a socorrer a los navegantes. Algunas, incluso, se involucraron en
la vida de los mortales, como Tetis, madre de Aquiles.
La leyenda de las "mujeres
marinas? es un magnífico caldo de cultivo para la aparición de fraudes. Desde
hace décadas se han hallado numerosos cadáveres manufacturados de sirenas.
Estas incluso se apuntan a las nuevas tecnologías, y así, tras el tsunami que
devastó en 2004 el sudeste asiático, aparecieron en la Red unas fotos de los
restos de un espécimen que supuestamente había quedado varado... Más falso que
un euro de madera, por supuesto.
UN documental polémico: La difusión
de un documental de Discovery Channel, en el que varios científicos presentan
evidencias sobre la existencia de “sirenas”, provoca asombro y deja un sinfín
de preguntas sin responder. La desconfianza crece aún más cuando encontramos en
Internet algunos sitios web que aseguran que las sirenas existen e incluso
muestran fotografías de seres grotescos con apariencia humana y con cola de
pescado. Tampoco faltan las páginas en las que hay personas que dan
“testimonio” de haber visto a una de esas criaturas, lo que contamina aún más
esa información.
Asimismo, la Administración
Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA) difundió en su portal
un comunicado en el que afirma que "no se ha encontrado nunca evidencias
de la existencia de estos humanoides acuáticos". El motivo de este inusual anuncio se dio
después del estreno del documental titulado “Sirenas: el cuerpo hallado”, en
2012, en el que se da a entender la posibilidad de que existan las sirenas. A
pesar de todo, el comunicado de la NOAA es ambiguo y plantea un
cuestionamiento: "Entonces, ¿por qué las sirenas ocupan el inconsciente
colectivo de casi todos los pueblos marineros? Esa es una pregunta que es mejor
dejar que la respondan los historiadores, filósofos y antropólogos". La
NOAA también hace un repaso a la historia de estos legendarios seres: "En
el antiguo lejano Oriente, las sirenas eran las esposas de los poderosos dragones
marinos, y servían de mensajeras de confianza entre sus cónyuges y los
emperadores en la tierra", y recuerda que Homero ya habló de ellas en “La
Odisea”.
"Las sirenas aparecieron por
primera vez en las pinturas rupestres en el Paleolítico tardío (Edad de Piedra),
periodo de hace unos 30.000 años, cuando los hombres modernos ganaron el
dominio sobre la tierra y, presumiblemente, comenzaron a navegar por los
mares", detalla el comunicado. Documental de Discovery Channel En un
programa especial del canal Animal Planet, de la cadena Discovery Channel,
varios científicos plantean la existencia de criaturas humanoides acuáticas y
exponen su teoría de cómo evolucionaron estos seres marinos para mantenerse
ocultos de la humanidad. La historia se relaciona con la hipótesis del simio
acuático. El relato se inicia en 2004, cuando un grupo de ballenas muertas fue
localizado en una playa de Washington. El programa mezcla hechos reales y
fenómenos no explicados con la historia de dos científicos que cuentan que
encontraron los restos de una criatura marina nunca antes identificada y
describe cómo las sirenas pueden haber evolucionado a partir del árbol
genealógico humano temprano.
En el documental también se
revela que, en 2004, unos jóvenes de Washington fueron los primeros en observar
uno de los encallamientos de ballenas en Estados Unidos. Pero, los
adolescentes, antes de reportar aquel hallazgo, grabaron por varios minutos a
aquellos mamíferos.
Uno de estos chicos poseía una
cámara con la que grabó detalladamente hasta que, inesperadamente, se percató
de la presencia de un ser extraño. Este descubrimiento fue descrito de muchas
maneras en los informes oficiales y aquel video no se hizo público hasta la
difusión del documental.
El Departamento de Pesca de
Estados Unidos envió a la zona al biólogo marino Bryan Mccormick, quien se
encargó de la investigación. El investigador publicó en 1999 un estudio en el
que relacionaba los encallamientos de ballenas con experimentos militares con
sonar, pruebas que cesaron el año 2000. El
doctor Mccormick y su equipo sospechaban que la Marina de EEUU había retomado
el uso del sonar (acción que sería la causa de estos varamientos). En el documental aparecen dos miembros del
equipo de investigadores que decidieron revelar lo que descubrió la Marina,
pero que ocultó durante años.
El doctor Paúl Robertson,
asistente de investigación, menciona que cuando llegaron a la playa donde
estaban las ballenas muertas, sólo se encontraban ciertas personas de la
Marina, quienes habían cerrado la zona donde se encontraban personas con trajes
protectores. Por su parte, la doctora Rebecca Davis relata que nunca había
observado un fenómeno por el que las ballenas sangraban por las orejas, razón
por la que los tres científicos decidieron no retirarse del lugar hasta
examinar los tejidos orgánicos. Se cree que el alto sonar de la Marina asustó a
las ballenas y provocó el encallamiento.
Historia de los seres fabulosos: Su
nombre se ha insertado en el lenguaje corriente para acuñar frases como
"cuerpo de sirena", para referirse a la mujer de armoniosa figura, o
"escuchar cantos de sirena" para aludir a quien oye algo bello aunque
de tramposo fundamento.
Las sirenas (en griego antiguo
“encadenado”, relacionado quizá con el sánscrito Kimera, “quimera”) son seres
fabulosos, originarios de la mitología griega y ampliamente extendidos en las
narraciones fantásticas de la literatura occidental, cuya función y
representación han variado con el tiempo.
Aunque en su forma original eran
genios marinos híbridos de mujer y ave, posteriormente la representación más
común las describe como hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas.
Es por ello que muchas lenguas no latinas distinguen la sirena original clásica
(inglés siren, alemán Sirene) de la sirena con cola de pez (inglés mermaid,
alemán meerjungfrau).
Las sirenas en mitología griega
son criaturas ligeramente difusas debido al remoto y rico trasfondo de su
origen, probablemente ligado al mundo de los muertos.
Según los mitos originales, se
trataba de seres con cuerpo de pájaro y rostro o torso de mujer, que
inequívocamente se distinguen siempre por el hecho de tener una voz musical,
prodigiosamente atractiva e hipnótica. La tradición las hacía habitar en una
isla del Mediterráneo frente a Sorrento, en la costa de la Italia meridional.
El misterioso bloop y los hidrófonos:
El doctor Bryan Mccormick se dio cuenta que no sólo necesitaba el tejido de las
ballenas muertas halladas para probar su teoría, sino que podían usar los
hidrófonos que la NOAA instala en las bollas de profundidad para grabar el
sonido de la fauna marina y actividad sísmica.
Él esperaba encontrar sonidos de
ballenas, lo cual fue así, pero también había lo que hoy se conoce como el
detonador de sonar. La grabación presentaba un sonido de otro animal no
conocido y su equipo se dio cuenta que se trataba de un “bloop”, el que ya fue
detectado en 1997.
En los meses posteriores, los
varamientos fueron aumentando y creció la alerta contra la Marina sobre la
explosión sónica.
Además, el departamento de la
NOAA supo de otros acontecimientos, informes de cuerpos que aparecían con las
ballenas y las autoridades asistían a revisar cada escena de aquellos
incidentes.
Para resolver el misterio
buscaron al doctor Rodney Webster, un especialista en comunicación animal,
específicamente en la relación que existe entre delfines y ballenas.
El estudioso dijo que descubrió
muchos significados, relacionándolos con patrones ya existentes, y que además
de escuchar el sonido de la detonación del sonar, descubrió un sonido especial
que llamó su atención y es lo que se denominó “bloop”.
Misteriosa criatura hallada en Sudáfrica:
La NOAA investigaba la misteriosa aparición de peces con lanzas clavadas,
cuando encontró en un varamiento de Sudáfrica a una criatura que estaba
comiendo el cadáver de una ballena.
Más tarde este ser fue devorado
por un tiburón que poseía un aguijón de mantarraya incrustado cerca de su boca.
La criatura, que no estaba en buenas condiciones, fue llevada al laboratorio, y
se recuperó de ella sólo un 30 por ciento.
Tomaron muestras de ADN para
establecer la estructura genética. Tenía caninos incisivos y molares, una
dentadura omnívora, mientras que un mamífero acuático tiene homodoncia; es
decir, sus dientes tienen la misma forma y tamaño. Y ningún mamífero marino es
omnívoro.
De las partes que se recuperaron,
lo que estaba en un mejor estado era la aleta de su cola y se parecía a un
manatí. Se usaron rayos X y encontraron que tenía extrañamente huesos en la
cola. El cráneo tenía un agujero en el hueso frontal y pensaron que sería un
hueso respiratorio, relacionándolo a un delfín.
El aguijón de mantarraya
encontrado en el tiburón que devoró a este ser, encajaba perfectamente. El
hueso había sido claramente esculpido y manipulado para sostener algún
objeto. Por lo tanto, este espécimen
había aprendido a usar partes de otro animal como herramienta para matar peces.
Investigación con partes de cuerpo: Posteriormente
se trabajó con la falange, la que no era una aleta sino una mano. Luego se
encontró resto de huesos de pelvis, suponiendo que era el de una foca, pero la
de ellos es más pequeña. Este ser poseía las mismas caderas que el de un animal
erguido.
Por otro lado, se descubrió un
ácido graso nunca antes visto, que se mantiene líquido y conserva sus
propiedades aislantes en aguas heladas. Además, se encontraba una hemoproteína
que guarda oxigeno en los músculos y una red de vasos sanguíneos que mantienen
funcionando los órganos vitales: La mioglobina (presentes en los mamíferos
acuáticos). La fisiología de la criatura aportó datos de su comportamiento, se
encontró un vaso, el que se usa como reserva de oxígeno y sangre, lo que
permite sumergirse a grandes profundidades.
Por otra parte, la doctora Leanne
Visser, antropóloga forense, reconstruyó la apariencia del individuo basada en
fragmentos del cráneo y otros huesos. La restauración reveló que las órbitas
del cráneo eran más grandes que la de cualquier humano contemporáneo.
Las diosas de la la literatura: Distintos
relatos las hacen descender de los dioses fluviales Aqueloo o Forcis, sea sin
intervención femenina o con la de las musas Estérope, Melpómene o Terpsícore,
relacionadas con el canto y el baile.
Desde Homero, que "La
Odisea" relata encuentros entre Ulises y las sirenas, hasta en las
aventuras de Jason y los Argonautas, podemos encontrar no sólo en la cultura
griega mencionar a esos seres. Cuentos japoneses mencionan a “hijas del océano”
no especifican si son o no sirenas, pero sí dicen que son seres que viven y
respiran bajo el agua.
También nos podemos encontrar más
adelante a Christian Hans Andersen, en su famoso cuento de “La sirenita”, donde
la protagonista es una sirena.
Asimismo, James Matthew Barrie,
en su cuento de Peter Pan las vuelve a aparecer en la historia, hasta llegar
con JK Rowling que menciona a unas en su saga de Harry Potter.
Entrando en el siglo XVI, periodo
de mayor tráfico marítimo entre Europa y América, las bitácoras de abordo dan
cuenta de la aparición repentina de bellas mujeres que seducían con su voz a
toda la tripulación y tenían la extraña característica de ser mitad pez y mitad
humano.
Al canto de las sirenas se
atribuía tan poderoso hechizo que nadie podía sustraerse a su atracción y era
la perdición de los navegantes.
Un caso de sirenas reales: No todos
los días cobran vida unas criaturas nacidas en la mitología griega. Convengamos
que los avistamientos de sirenas, como se le llama a este bellísimo críptido
capaz de hechizar de muerte a sus testigos, no abundan en la crónica
periodística. Por eso es llamativo que un equipo de estudiantes y docentes de
la Universidad de Lincoln, Gran Bretaña, esté ahora mismo trabajando
afanosamente en la identificación de una pieza que parece ser una sirena
momificada hallada en el Museo de Arte Buxton en Derbyshire.
Se cree que la sirena en cuestión
llegó al museo desde el Lejano Oriente a mediados del siglo XIX. Anita
Hollinshead, estudiante de conservación y restauración, responsable del casual
hallazgo, precisó que su cabello es humano. "Gran cantidad de este tipo de
sirenas procedía de Japón y fueron elaboradas por pescadores, quienes
complementaban sus ingresos con la venta de sirenas falsas", señaló la
redescubridora de la insólita reliquia.
Los partidarios de la existencia
de estas muchachas de mala fama a quienes un fantástico desvío de la teoría de
la evolución reemplazó sus piernas de piel y hueso por una cola de pescado y
sus pulmones por branquias, han tenido problemas para sostener su creencia.
1) No ha habido registros, ni
siquiera iconográficos, de sirenos con los cuales pudieran aparearse, lo que
lleva a preguntarse por la supervivencia de la especie.
2) Sus pechos, apenas cubiertos
por una larga y empapada pelambre, no parecen servir para amamantar sirenitas
(nadie las ha reportado).
3) En todos estos años nadie ha
grabado alguna de las melodías con que seducen de muerte a los pescadores
enamoradizos.
En pleno siglo XXI las sirenas
han vuelto a reclamar el derecho a la existencia, pero no a través de los
medios masivos (que se atienen a una lógica curiosa, ya que le dan más crédito
a las apariciones de hadas o vírgenes que a las visiones de sirenas), sino a
través de testimonios virales, propagados a través de las redes sociales. Estas
sirenas carecen de carisma, no están en el océano agitando sus brazos o
canturreando al capitán del barco con una voz hipnótica, pero tampoco son
mutantes de pescadería. Son leyendas recientes de Youtube como la que podemos
ver ahora mismo:
Las sirenas, según cuenta el
buzo, suelen dejarse ver en la Gran Barrera de Arrecifes, Mar del Coral, en la
costa de Queensland, Australia. El sitio es una suerte de rompeolas natural de
2.000 kilómetros de longitud habitado por unas 350 especies de coral
diferentes, acaso la mayor estructura jamás construida por organismos vivos.
El promotor del video recibió un
alud de visitas, lo cual no prueba mucho más que el enorme deseo de los cibernautas
por presenciar la manifestación de auténticas sirenas. Dice que filmó sus
incursiones durante dos días seguidos. Según el relato que hace en off, la
visibilidad era tan mala que la primera vez "ni él se dio cuenta" de
lo que había filmado. Hasta que lo vio en la computadora. Volvió al otro día a
esperar su regreso y filmó por segunda vez "algo raro". Para él, el
hecho de que "reincidiera" evidenciaba que fue una sirena de verdad.
"Alguien podría haberme gastado una broma una vez. Pero ¿dos veces?".
(Su discurso es un poco contradictorio, ya que él mismo aclara que, por sus
diferentes colas, supo que eran dos sirenas distintas).
Su amplitud de criterios
("Puedes creer o no, yo soy el primero que apenas no se cree nada de lo
que se ve aquí en Youtube", aclara) y, sobre todo, su obstinado anonimato,
alcanzan para desestimar la pretendida evidencia. Sin embargo, algunos han
creído ver en esta manifestación acuática a un mamífero marino de verdad, uno
que los antiguos australianos solían llamar "sirena". Es el dugong,
un animal herbívoro muy pacífico que se alimenta de algas y habita los fondos
barrosos de las zonas costeras. Sus hembras amamantan a sus bebés casi como los
humanos: las madres, con la cabeza y hombros fuera del agua, sujetan a sus
crías mientras éstas chuchan entre las aletas. Por eso algunos creen que las
hembras de dugong han originado el mito de las sirenas.
En su momento, el ciclo del canal
SyFy Fact or Faked?: Paranormal Files disfrazó de sirena a su conductora, a quien
hicieron saltar al mar desde la cubierta de un barco para que tratara de
reproducir las habilidades de nado de la "criatura" del video. El
paralelismo, casi perfecto, redujo a valores cercanos a cero la posibilidad de
que fuera una confusión con un animal marino. Y creció a valores cercanos a uno
la hipótesis de una broma con fines comerciales o de entretenimiento.
Los científicos que pusieron bajo
el microscopio en la Universidad de Lincoln la sirena de Buxton nunca cultivaron
la esperanza de hallar pruebas de la existencia física de mujeres submarinas.
Si ahora examinan el ADN de la cola, por ejemplo, es para ver de qué pescado se
trata y establecer el lugar de procedencia. Las radiografías muestran que
estaba hecha de madera, articulada con costillas de alambre y dientes hechos en
hueso tallado. Estas piezas eran adquiridas por marineros para conjurar la mala
suerte o por proveedores de curiosidades para circos. A veces, como la Sirena
de Fiji, uno de los fósiles falsos más famosos del mundo (y más cuando
participó en un capítulo de X-Files), se usaban cabezas de mono cosidas a colas
de pescado. En este caso, según el doctor James Moffatt, profesor de fisiología
en la Universidad de St. George en Londres, hicieron el cráneo de la sirena con
un ovillo de papel maché atado con alambre.
Criaturas construidas por
taxidermistas aficionados surgieron en Occidente en plena era dorada de los
monstruos de circo y las novelas protagonizadas por quimeras. El negocio de
personajes inescrupulosos como P.T. Barnum creció a expensas de construir
escenarios falsos pero persuasivos, mientras los periódicos siguieron
beneficiándose con los fraudes ajenos.
El único falsificador que tal vez
hizo una diferencia a favor del menos común de los sentidos fue el catalán Joan
Fontcuberta, quien allá por el 2000 anunció el descubrimiento de fósiles en la
Reserva Geológica de Alta Provenza, Digne, Francia, de un ancestro anfibio de
los homínidos, el hydropithecus. La instalación de aquellos restos
falsificados, diseminados entre fósiles reales, fueron un paso más de la
trayectoria de Foncuberta, un experto en documentar —mediante textos, fotos,
filmes u objetos tan contundentes como el fósil de una sirena— la existencia de
seres o personalidades apócrifos. "Mi trabajo es más pedagógico que
artístico, pretende vacunar al espectador contra el exceso de realismo de lo
fotográfico, inocularle reacciones de duda e incertidumbre", indicó
Foncuberta, quien por supuesto es un artista y no un arqueólogo.
Un pescador que compensa su
sueldo creando animales imaginarios; un buceador que filma a una amiga
disfrazada vaya uno a saber con qué propósitos; un grupo de investigadores que
analiza el ADN de las escamas de un pescado de dos siglos de antigüedad; un
artista que trabaja para convecernos de la existencia de fósiles de sirenas...
Bibliográfia:
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