martes, 5 de febrero de 2013

Datos curiosos de la vejez


La vejez

Porque envejecemos: Un grupo de investigadores españoles ha constatado que los telómeros cortos son la principal fuente del daño causante del envejecimiento del organismo humano y ha descrito por primera vez las alteraciones genéticas por las que tiene lugar este fenómeno.
A medida que las células se dividen para dar lugar a nuevas células, transmiten una cantidad de material genético (ADN) más reducida debido a la pérdida progresiva de unas estructuras protectoras del ADN denominadas telómeros. Cuando los telómeros se acortan por debajo de una longitud mínima, las células interrumpen su ciclo celular y dejan de regenerar los tejidos, produciéndose así el envejecimiento de todo el organismo.
La investigadora María Blasco y sus colegas del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) han dado un paso más en la comprensión de este mecanismo al identificar una serie de cambios genéticos generados por los telómeros cortos. Estos provocan una disminución de la capacidad de división de las células, así como de su capacidad para reparar el daño en el ADN. Los detalles se publican hoy en la revista PNAS.
El equipo de Blasco demostró el año pasado que la relación entre telómeros y envejecimiento también aparecía en mamíferos. Ratones tratados con telomerasa, la enzima que controla la integridad de las porciones extremas de los cromosomas, envejecen más tarde y viven hasta un 40 por ciento más. Cuanto más largos son los telómeros, situados en la parte final de los cromosomas, más veces puede multiplicarse una célula, incluidas las células madre que regeneran los tejidos, y por lo tanto el organismo se mantiene más joven durante más tiempo.
Porque salen arrugas: La aparición de arrugas, es decir, surcos o pliegues en la piel, es uno de los síntomas característicos del envejecimiento. Inmediatamente por debajo de la epidermis hay unas fibras de tejido conjuntivo que proporcionan soporte y tersura a la piel. Están compuestas por colágeno, un material biológico altamente resistente que es fabricado por unas células especializadas de la dermis que reciben el nombre de fibroblastos.
Con el paso de los años, el colágeno, aparte de que mengua su poducción, pierde rigidez a nivel estructural y cede, lo que conlleva la formación de arrugas. Este proceso es acrecentado por otra proteína dérmica, la elastina, cuyo deterioro se traduce en una merma de su elasticidad natural; y por la pérdida de tejido graso. Una de las causas del deterioro dérmico es la exposición a la luz ultravioleta del sol.
La vejez mental comienza a los 27: Según Timothy Salthouse, investigador de la Universidad de Virginia (EEUU), el máximo esplendor del cerebro se alcanza a los 22 años. Y al cumplir 27 la capacidad de razonamiento, la velocidad de pensamiento y la visualización espacial comienzan a reducirse.
Salthouse ha llegado a esta conclusión tras estudiar a más de 2.000 personas de edades comprendidas entre 18 y 60 años, a los cuales les asignaba la tarea de resolver crucigramas, recordar palabras y reconocer modelos en letras y símbolos. Según revela en el último número de la revista Neurobiology of Ageing, en 9 de las 12 pruebas la edad media de quienes obtuvieron los mejores resultados fue de 22 años. En cambio, la edad en la que aparecían los primeros indicios de "envejecimiento" en velocidad mental y habilidad para resolver crucigramas era cercana a los 30. De acuerdo con el especialista, las terapias para revertir este proceso deberían ser más tempranas.
Por otra parte, el estudio revela que capacidades como la memoria permanecen intactas hasta los 37 años, mientras que otras habilidades basadas en la acumulación de conocimientos crecen hasta los 60.
La edad aumenta las diferencias individuales: Un estudio sobre el envejecimiento realizado en sujetos de 70 a 90 años de edad afirma que a medida que envejecemos aumentan nuestras diferencias individuales.
"Consideramos a la gente mayor como un grupo homogéneo, pero la realidad es que las diferencias entre individuos aumentan con la edad", afirma Bo G. Eriksson, de la Universidad de Gothenburg (Suecia), autor del estudio. "La percepción de que los ancianos tienen intereses, valores y estilos de vida similares puede originar discriminación", advierte, y añade que los esterotipos sobre la tercera edad cada vez se ajustan menos a la realidad.
Eriksson también ha identificado varios factores sociales que afectan a la longevidad. Así ha llegado a la conclusión de que es esencial formar parte de acontecimientos sociales, mantener la autoestima afrontando y superando retos, además de mantener conversaciones a diario con otras personas, que ayuda al proceso de toma de decisiones, mejora la atención, y potencia la memoria.
Estudiar nos hace envejecer más lento: Un estudio genético revela que las personas con menos cualificación académica envejecen más rápido. La clave está en los telómeros que cubren el extremo de los cromosomas de su ADN, que son más cortos en las personas con menor nivel de estudios, un signo inequívoco de envejecimiento prematuro.
La investigación, cofinanciada por la Fundación Británica del Corazón y el Consejo de Investigaciones Médicas (MRC) de Reino Unido, se basa en 450 hombres y mujeres de 53 a 76 años de edad. Tras descartar otros factores como la edad, el género, el colesterol o el tabaco, observaron que niveles bajos de educación estaban ligados a telómeros más cortos. Sin embargo, los ingresos económicos no afectaban al envejecimiento celular, ni tampoco el tipo de empleo.
Los investigadores, que han dado a conocer sus conclusiones en la revista Brain, Behavior, and Immunity, aseguran que el envejecimiento no es una consecuencia de las circunstancias económicas durante la vida adulta ni del estatus social, sino que depende de factores de las primeras décadas de nuestra vida con efectos a largo plazo, como la educación. También sugieren que es posible que se deba a que las personas con estudios superiores están mejor preparadas para resolver problemas y enfrentarse al estrés.
la soledad afecta la salud: La soledad no sólo no es buena consejera. También resta eficacia a la respuesta defensiva de nuestro organismo. Un equipo de investigadores de la Universidad de California (UCLA) acaba de identificar un patrón de expresión genética en las células del sistema inmune propio de aquellas personas que padecen crónicamente altos niveles de soledad.

Los resultados sugieren que el aislamiento social produce una sobreexpresión de los genes ligados a la inflamación, mientras que la respuesta antiviral y la producción de anticuerpos se ven mermadas. La investigación es la primera que explica desde un punto de vista molecular por qué el aislamiento social está normalmente ligado a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, infecciones virales y cáncer. “Hemos comprobado que lo que cuenta a nivel genético no es a cuántas personas conoces, si no a cuántas sientes realmente cerca”, matiza Steve Cole, coautor del estudio que publica el Journal of Genome Biology.
Porque con la edad y el calor dormimos peor: En verano, en general, la gente descansa peor. Como explica el doctor Francisco Javier Puertas, miembro de la Sociedad Española de Sueño (SES), "con la edad se deterioran los mecanismos responsables de la regulación de la temperatura, tanto de la eliminación como del mantenimiento de la misma". Este hecho, apunta el investigador, "tiene una implicación directa en la continuidad y profundidad del sueño". De hecho, según la SES, aproximadamente el 60 por ciento de las personas mayores tiene algún síntoma o trastorno del sueño.
La doctora Milagros Merino ahonda más en el proceso que causa estos problemas. Según la miembro del SES, "durante la senectud, se ve afectada la función del hipotálamo, centro regulador de la temperatura corporal y del sueño, haciendo que los episodios de sueño no estén siempre asociados a la oscuridad nocturna, como en otras etapas de la vida", explica.
Estos problemas suelen acarrear una alteración de los ritmos circadianos, que ocasionan adormecimiento a deshoras y un despertar demasiado temprano. Sin embargo, ese no es el principal problema que conlleva el calor y la vejez. Como explica el doctor Puertas, "en los últimos tiempos, se ha constatado que el índice de apnea/hipopnea por hora de sueño, que es el marcador de gravedad de la enfermedad, aumenta con la edad, lo que puede suponer una implicación importante en las consecuencias cardiovasculares del paciente".
De hecho, según la SES, la mayoría de los trastornos de sueño aumentan el riesgo de accidentes cerebrovasculares y cardiacos, que muchas veces, ocurren en las últimas horas de la noche o al despertar. Además, tal y como apunta esta misma institución, estos trastornos pueden incrementar la aparición de otros como la diabetes o la obesidad. Sin embargo, la principal consecuencia no es tan grave. Estos trastornos suelen acarrear fatiga, somnolencia diurna y perdida de concentración o incluso desmotivación.
Como consejo ante estos problemas vinculados al sueño, desde la SES recomiendan mantener horarios regulares realizar ejercicio, acostarse en la cama y evitar estimulantes como el alcohol, el café o el té.
El Aceite de oliva combate el envejecimiento: Investigadores del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología de la Universidad de Córdoba han logrado ofrecer nuevas pruebas sobre los beneficios del consumo habitual de aceite de oliva virgen sobre la salud, que se publicarán en la revista AGE, de gran relevancia en el ámbito de la biogerontología. Observando los cambios en determinadas proteínas usadas como marcadores han comprobado la influencia del aceite de oliva virgen en la protección contra la inflamación, el estrés oxidativo y el riesgo cardiovascular propios del envejecimiento.

Los científicos cordobeses hicieron las pruebas estudiando cómo el aceite de la dieta afecta a las proteínas plasmáticas de ratas jóvenes (6 meses) o ancianas (24 meses) alimentadas a lo largo de su vida con dietas que contenían como fuente grasa aceite de oliva virgen o aceite de girasol. Emplearon además una estrategia proteómica basada en la separación de proteínas mediante electroforesis bidimensional –técnica muy utilizada en medicina molecular– y posterior identificación mediante espectrometría de masas –que permite analizar con precisión los componentes–.
De esta forma, José Manuel Villalba y su equipo han probado que, en comparación con la dieta que contenía aceite de girasol, la dieta enriquecida en aceite de oliva virgen indujo disminuciones significativas en los niveles plasmáticos de las proteínas de fase aguda, justo lo contrario de lo que ocurre en los procesos inflamatorios, así como en proteínas habituales en situaciones de estrés oxidativo, y las relacionadas con la coagulación sanguínea, el riesgo cardiovascular, así como con el metabolismo y el transporte de lípidos.
Los investigadores de la UCO destacan el hecho de el aceite de oliva redujera sensiblemente los niveles de fibrinógeno, uno de los principales marcadores asociados al riesgo cardiovascular, los de T-kininógeno, cuyos niveles incrementan de manera sustancial durante los últimos meses de vida en la rata, los de β2-glicoproteína I, una proteína relacionada con las complicaciones trombóticas en pacientes autoinmunes, y los de la clusterina, una proteína cuyos niveles se encuentran incrementados en diversos estados patológicos como la aterosclerosis y constituyen un marcador en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer en humanos. Por si fuera poco, la dieta enriquecida en aceite de oliva incrementó los niveles de apolipoproteína A-I, una proteína relacionada con la protección contra la arterioesclerosis.
Las mujeres parecemos más viejas los miércoles a las 15:30 horas
Todas (y todos) tenemos días en que nos cuesta creer que la imagen que nos devuelve el espejo sea realmente la nuestra. Y es que una mala noche, el cansancio o el estrés pueden hacernos parecer mayores de lo que somos. Pero ¿quién podía sospechar la existencia de un día y una hora fatídicos para nuestro aspecto? Nadie o casi nadie.  Pero existir, existe: los miércoles a las 15:30 horas, según un estudio de una marca de cosméticos.
Según publica el Telegraph, el estudio basa su arriesgada información en una serie de datos:  una de cada 10 mujeres afirma que el miércoles es el día más estresante de la semana y dos tercios de ellas aseguran sufrir un “bajón” en sus niveles de energía los miércoles a media tarde.
“Los más altos niveles de estrés que se dan habitualmente en miércoles combinados con el bajón de energía a media tarde explica por qué a esa hora las mujeres parecen mayores de lo que son”, explica el estudio de la firma St Tropez.
Otra de las explicaciones, es que al cansancio y el bajón de energía hay que añadir que muchas mujeres se relajan bebiendo alcohol los fines de semana y que esos ‘excesos’ muestran sus consecuencias físicas, en su mayor esplendor, días después; es decir, el miércoles.
Nichola Joss, expert de la firma St Tropez, dice que “procesar las toxinas que generan el alcohol y el azúcar de las bebidas alcohólicas dejan su huella en nuestro rostro”. Añade Joss que “hacen falta 72 horas o más para que los efectos de la ingesta alcohólica del fin de semana sean fácilmente visibles en nuestra cara, y es el miércoles al mediodía cuando los estragos se hace más visibles”.
Otro motivo que convierte los miércoles en nuestro “día negro” es que ese día son también más visibles las consecuencias del mal descanso nocturno. Un 37% de las encuestadas afirman que los lunes empiezan a dormir peor. “Los efectos de un mal descanso no se notan en todo su esplendor hasta pasadas 48 horas, por tanto, si muchas mujeres duermen mal los lunes, sus caras lo reflejarán el miércoles”.
El estudio se ha hecho en Inglaterra, con mujeres británicas, por lo que puede que al resto no nos afecte. Será cuestión de mirarnos al espejo el miércoles a las 15:30 y comparar.
Gerascofobia, el miedo irracional a envejecer
Nacemos, crecemos, vamos adquiriendo experiencia y conocimientos y, a la misma vez, cumplimos años, mientras nuestro cuerpo va sufriendo una serie de modificaciones morfológicas y fisiológicas que nos lleva hasta el periodo de la vejez.
Afortunadamente, la esperanza de vida en los últimos siglos ha aumentado en más de 20 años, pudiéndonos encontrar una tasa de mortalidad a principios del XIX que rondaba los 45-50 años de edad.
Todo esto forma parte del proceso natural de la vida, pero hay un colectivo de personas que llevan todo este proceso bastante mal y padecen una extraña fobia que les hace tener un miedo irracional a envejecer, estos son conocidos como “gerascofóbicos”.
Los afectados de gerascofobia suelen encontrarse entre las personas que ven pasar los años sin  haber cumplido los objetivos que se habían marcado. Aquellos que no han alcanzado la meta marcada, que no han podido desarrollar su vocación. Normalmente, suele ir asociado con conductas narcisistas, lo que provoca un continuo intento de detener el envejecimiento a base de operaciones de estética, tintes en el cabello, ropas juveniles y actitudes en desacorde con su edad y estatus.
La gerafobia suele ir acompañada de procesos de ansiedad, miedo y continuos pensamientos negativos que llevan al individuo a sentir autentico pavor cuando piensan en la vejez.
A menudo los gerascofóbicos padecen otras fobias y manías asociadas a su patología, entre ellas la gerontofobia, que es el miedo a las personas ancianas y, en múltiples ocasiones, viene acompañado por un sentimiento de desprecio y rechazo hacia la tercera edad.
El traje de la vejez: 

Unos científicos han creado "El traje de la vejez", y consiste en un traje que las personas jóvenes que quieren saber como se siente uno con unos años de mas encima, no tienen mas que ponérselo y de entrada pesa unos 4 ó 5 kilos ó hasta 6 kilos y medio  a parte de que lleva unos guantes gruesos con los que tienes que coger objetos reflejando con ello las dificultades de movimiento y para asir objetos e incluso lleva una capucha casco que también refleja la dificultad de percepción visual, además de otros tipos de dificultades que se experimentan con el traje puesto y que dan una idea de lo costoso que pueden ser para las personas ancianas las mas simples tareas cotidianas.El traje va a ser probado por profesionales de la geriatría, que darán sus impresiones del mismo en un estudio que se va a prolongar unos meses.Y yo pregunto ¿servirá ello para prevenir e incluso evitar la vejez con el tiempo?



El envejecimiento no nos afecta a todos por igual: Hasta ahora se pensaba que los humanos envejecían más lentamente que otros animales. Un nuevo estudio publicado en la revista Science, que compara por primera vez datos de humanos, chimpancés, gorilas y otros primates, concluye que nuestro ritmo de envejecimiento no es “tan exclusivo”.
Había un buen motivo para creer que el envejecimiento humano era único. Como explica Anne Bronikowski, coautora del artículo e investigadora en la Universidad Estatal de Iowa (EE UU), los humanos viven más que la mayoría de los animales, aunque hay excepciones: algunos loros, aves marinas, almejas y tortugas son capaces de superar la esperanza de vida humana. “Los humanos vivimos muchos años más una vez finalizado nuestro período fértil reproductivo. Si nos pareciésemos a otros animales, deberíamos empezar a morir bastante más rápidamente tras alcanzar la mediana edad, pero no es así”, indica Bronikowski.
El nuevo estudio ha permitido combinar datos de investigaciones a largo plazo sobre siete especies de primates salvajes: monos capuchinos de Costa Rica, monos araña muriqui de Brasil, babuínos y monos azules de Kenia, chimpancés de Tanzania, gorilas de Ruanda y lémures sifaka de Madagascar. El equipo centró su atención en el riesgo de morir de cada especie. Al comparar las tasas de envejecimiento de los humanos (calculadas como el índice de incremento del riesgo de mortalidad con la edad) con datos similares correspondientes a 3.000 monos, simios y lémures, los datos de los humanos encajaban perfectamente dentro del continuo de los primates. “Los patrones humanos no presentan ninguna diferencia chocante, incluso a pesar de que los primates salvajes están expuestos a causas de mortalidad de las que los humanos sí pueden protegerse”, exponen los autores.
Las hembras viven más
Los resultados demuestran también que, a medida que humanos y otros animales envejecen, los machos mueren antes que sus compañeras. La brecha de la mortalidad entre machos y hembras es más estrecha para las especies con menor agresividad entre machos, como es el caso del mono muriqui. Y de todas las especies contempladas en el estudio, los lémures sifaka (Sifaka verreauxi) presentan la máxima diferencia entre el índice de envejecimiento masculino y femenino.
“Los machos y las hembras de los sifaka presentan una masa corporal equivalente y cuentan con índices de mortalidad similares en la edad adulta, pero los machos envejecen el doble de rápido que las hembras, probablemente por los comportamientos de riesgo, como las competiciones por el apareamiento en la época de cría, y las agresiones para controlar el grupo”, afirma Diane Brockman, coautora y antropóloga de la Universidad de Charlotte de Carolina del Norte (EE UU). Según la experta que ha dedicado 26 años de su vida a estudiar a estos primates, las hembras de sifaka se quedan en sus grupos natales, con sus parientes maternos, durante la mayoría de sus vidas. “No presentan una competitividad tan acusada en los machos, aunque están expuestas a las mismas causas de mortalidad extrínsecas que ellos, incluidas la depredación y las caídas de los árboles”, añade Brockman.
Respecto a los humanos, los investigadores subrayan que la medicina moderna ayuda ahora a vivir más que nunca. “Pero seguimos sin saber qué mecanismo controla la duración máxima de la vida. Algunos estudios sobre humanos apuntan que podríamos vivir muchos más años de los que vivimos ahora”, puntualiza Alberts.
Porque los japoneses viven mas: ¿Por qué son tan longevos los japoneses? Es una de las preguntas que tratan de responder los expertos que esta semana participan en un número especial de la revista The Lancet sobre los últimos cincuenta años de sanidad en Japón. El primer estudio, liderado por Kenji Shibuya, investigador de la Universidad de Tokio (Japón), muestra el rápido aumento de la esperanza de vida durante las décadas de 1950 y 1960, a medida que las primeras enfermedades infecciosas disminuyeron y cayó la mortalidad por infarto. La introducción de la cobertura sanitaria universal en 1961 hizo posible la igualdad de oportunidades en la promoción de la salud.  Los autores hacen hincapié en “cómo la experiencia del país puede constituir un recurso importante para la comunidad sanitaria global que trascienda las fronteras geográficas, sociales, culturales y políticas, que ayude a entender y mejorar la salud de la población en todo el mundo”.
Hoy los japoneses van al médico una media de 13,4 veces al año, más del doble que los residentes del Reino Unido (5 veces). Además, algunas empresas financian revisiones médicas completas (conocidas como ningen dock) para prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas y detectar el cáncer en sus fases más tempranas.

Los futuros avances en la longevidad japonesa dependen de la prevención de los factores de riesgo más importantes de enfermedades crónicas, como el consumo del tabaco, la obesidad y la tensión arterial no controlada. También deberá controlarse el tratamiento de la infección por Helicobacter pylori (que tiene una gran presencia en varios países asiáticos). “Con el éxito obtenido durante la transición sanitaria tras la segunda Guerra Mundial, Japón necesita hacer frente a retos más importantes derivados de una población que envejece rápidamente, causas que no pueden achacarse a la tecnología sanitaria y a los efectos de una creciente disparidad social para sostener la mejora de la salud de la población”, concluyen los autores, según difunde la agencia SINC.
Seguro de cuidado a largo plazo y Fukushima
Como la población anciana nipona continúa creciendo, sus necesidades de atención están aumentando de la misma manera. En el año 2000, Japón inició de forma obligatoria el seguro de cuidado a largo plazo (LCTI) para ayudar a las personas mayores a llevar vidas más independientes y aliviar la carga de los cuidadores familiares. El cuarto artículo en The Lancet Series de Japón refleja el efecto del LCTI en el futuro de los cuidados a personas mayores en el país.
En la actualidad, el 23% de la población japonesa tiene 65 años o más. Sin embargo, en el año 2050 la población con esta edad supondrá el 40% del total. Más de la mitad de los ancianos de la nación (57%) no reportan problemas financieros, mucho mejor que los EE UU (36%) y Francia (18%). El 85% de los japoneses más ancianos no posee ningún impedimento para su vida diaria, frente al 65% en los EE UU.
Los autores concluyen que la primera década de funcionamiento del LCTI “ha demostrado ser eficaz y manejable” y afirman que “el enfoque japonés, con servicios diseñados específicamente para las personas mayores, es la solución directa a la dificultad de los gobiernos para lidiar con el creciente número de personas ancianas".
Con el terremoto y el tsunami de marzo de 2011 en Japón, la amenaza que suponen las catástrofes naturales ha vuelto a situarse en el punto de mira. Ahora, seis meses después del desastre, el país debe ocupar un lugar central en la salud mundial para ayudar a otros países. Así lo indica otro de los artículos de The Lancet Series, liderado por el profesor Kenji Shibuya.
Los investigadores afirman que “Japón debe compartir activamente con la comunidad internacional sus conocimientos acumulados para fortalecer la salud global", y añaden que el país debe involucrarse en ayudar a los países asiáticos en desarrollo a alcanzar la cobertura universal y los Objetivos del Milenio. “Esta riqueza de conocimientos representa una fuente casi ilimitada, es el momento de actuar”, concluyen.
Más felices a partir de los 50: La vida parece más de color de rosa después de los 50, según revela un estudio publicado en la revista PNAS. En concreto, los adultos que superan el medio siglo de vida son generalmente más felices, experimentan menos estrés y se preocupan menos que los veinteañeros.

A esta conclusión ha llegado un equipo de científicos estadounidenses tras entrevistar a más de 340.000 norteamericanos. En el estudio se ha tenido en cuenta tanto la felicidad general ("bienestar global") como las experiencias diarias sobre sentimientos como el estrés o la diversión ("bienestar hedonista"). Aunque estas dos dimensiones del bienestar raramente se estudian a la vez, según Arthur Stone, psicólogo de la Universidad Stony Brook de Nueva York y coautor del estudio, son igual de importantes, porque "el bienestar global proporciona una visión más reflexiva de la vida mientras que el bienestar hedonista nos habla de una visión inmediata, que incluye sentimientos como diversión, preocupación, estrés, enfado, tristeza…"
Según ha podido comprobar Stone, la ira y el estrés descienden progresivamente desde la juventud (20) hasta la madurez (50), mientras que la felicidad y la capacidad de divertirnos aumentan al cumplir medio siglo. En cuanto a las preocupaciones, se mantienen bastante constantes hasta los 50, momento en que empiezan a decaer. Y todo ello independientemente de factores como tener o no empleo, o la presencia de hijos en casa. Los resultados fueron similares en hombres y mujeres.
A la pregunta de por qué somos más felices al envejecer, Stone argumenta que posiblemente las personas adultas controlan sus emociones mejor que los jóvenes. O quizás tiene que ver con la nostalgia: los adultos conservan menos recuerdos negativos, de ahí que sean más felices. Además, a medida que pasa el tiempo nos centramos menos en lo que hemos o no hemos conseguido y más en “aprovechar al máximo el resto de nuestra vida”, añade el investigador.
A que huelen los recuerdos: ¿Alguna vez ha sentido que un olor de la infancia le transporta inesperandamente a un recuerdo del pasado? Un estudio neurocientífico publicado en la revista Current Biology revela que los primeros olores ocupan un lugar privilegiado en el cerebro, lo que explica por qué la memoria olfativa puede llegar a ser tan vívida.
“La primera vez que asociamos un objeto a un olor se crea una huella profunda en el cerebro”, explica Yaara Yeshurun, del Instituto Weizmann de Israel, que aclara que esto sucede tanto para olores agradables como desagradables. “Según nuestro anterior paradigma las primeras asociaciones olfativas y las posteriores se recordaban con igual intensidad, pero hemos comprobado que no es así, que hay una memoria especial la primera vez que olemos algo, que es creada en nuestro cerebro por las regiones del hipocampo y la amídgala”, aclara Yeshurun. Según los investigadores se trata de una impronta privilegiada, y observando en el momento de la exposición el sistema nervioso sería posible predecir qué asociación olfatoria va a ser recordada. Conocer cómo funciona podría ayudar a borrar recuerdos traumáticos, pronostica Yeshurun.
¿Que se sentirá ser viejo? En japón hay un simulador para experimentar

Cuando la vejez llega la persona envejecida se ve limitada a realizar muchas cosas de las cuales antes acostumbraba o disfrutaba hacer, como algún deporte o las laborores de la casa. Y es que su cuerpo va entorpeciendose al fallarle las fuerzas. Seguramente ninguno desería pasar por aquellas dificultades, es decir, verse afectado por aquellas limitaciones.
Quizá para mostrar mejor empatía, una empresa japonesa llamada Koken, que realiza prostéticos para remplazar la piel humana y modelos para ensayar rutina médica, según recoge el sitio fayerwayer.com .
Esta empresa, inició el proceso para crear un simulador de vejez. Así, quien lo use podrá llegar a sentir lo que es la vejez.
¿En que consiste este simulador? Está compuesto de piezas como las que a continuación leemos:
- Goggles: Simulan la pérdida de visión periférica y el deterioro por cataratas.
- Tapones para los oídos: Bloquean sonidos de altas frecuencias, para recrear presbiacusia.
- Protector de espalda: Hace que el usuario mantenga una posición encorvada.
- Constrictores: Se usan en los codos para evitar el movimiento de esa articulación.
- Pesas para las muñecas: Añaden 500 g a cada una, para simular la pérdida de músculo.
- Constrictores para las rodillas: Recrean las piernas débiles.
- Pesas para los tobillos: Añaden 1 kg. Hechas de partículas de acer.
- Bastón: Está indicado para sentir lo que experimenta una persona con capacidades diferentes.
- Guantes: La pérdida de sensación en manos y dedos se obtiene con ellos.
- Constrictores: para dedos Restringen el movimiento en dedos, creando una torpeza artificial.
El set de Simulación de Edad avanzada se utilizará para entrenamiento médico, de enfermeras y personal de hogares para ancianos. No está a la venta. Pocos llegaría a comprarlo, por no decir ninguno.
¿Por qué nos aterra llegar a la vejez?
Nuestra sociedad evita el tema y cuando llega el momento de "hacerse viejo", no se está preparado. La razón principal es que se trata de una etapa dónde se suman todas las pérdidas y los duelos de una vida.
En un estudio que emitió el Licenciatura en Psicología del Instituto de Investigación en Psicología Clínica y Social (IIPCS) se denotan las situaciones que más estresan, preocupan y deprimen a este segmento. Las principales son: la muerte del cónyuge, la situación económica y el abandono de sus familiares.
La Dra. Adriana González Padilla, directora de IIPCS asegura que la única manera para prepararse es hablar del tema y comprender las emociones que experimentan las persones mayores.
"Por donde se vea, la vejez es una suma de pérdidas y de duelos que se han presentado a lo largo de una vida. Una persona mayor de 60 años vio perder su juventud, a sus padres, a varios de sus amigos, a sus amores pasados, su destreza física y sexual. También perdió en muchos casos la salud, el empleo, el respeto por parte sus familiares e incluso, puede haber visto fallecer a su cónyuge, y con frecuencia las ganas de vivir", explicó la Dra. Ma. del Carmen Gamietea Domínguez, psicoanalista y miembro del Consejo Académico del IIPCS.
La afectación en los ancianos se puede observar desde diferentes niveles:
- A nivel individual, llegar a una edad que nunca se pensó alcanzar. "Se trata de la pérdida total de la juventud, además de presentar un profundo resentimiento porque dieron todo, y ahora sienten que no reciben nada. Es un sentimiento de injusticia porque pierden su lugar y en ocasiones se sienten o sus familiares o su entorno los hacen sentir como un estorbo", mencionó Gamietea.
- A nivel familiar se pierde estatus. "Se aíslan, porque la familia no los integra, son agredidos constantemente y ya no se sienten útiles, es como la frase, 'cría cuervos y te sacarán los ojos'".
- A nivel social. Con el paso de los años se les retira de sus actividades que fueron "cotidianas". Por un lado es la jubilación y por otro es que las personas mayores ya no cubren los requisitos de belleza, juventud, de diligencia, y económicos. (No son sujetos de crédito, ni tienen acceso a seguros de vida y gastos médicos).
"El hombre se da cuenta que está envejeciendo cuando se ve al espejo y ve a su padre, como cuando era niño y ahora él mismo se descubre ya con esa edad; o cuando a la mujer en lugar de escuchar el piropo de "mamacita" ahora es el de "madrecita. El entorno le va señalando que ya no es ese joven, ya no es atractivo, ya no es el proveedor, ya no es autoridad (el patriarca o la matriarca), ya no hay ganancias, si no pérdidas que se van acumulando hasta aplastar los afectos, la autoestima", señala Gamietea.
"Y el arribó a los 60 años se presenta súbitamente porque aún no estamos preparados. Por esta razón es una materia obligatoria el hecho de APRENDER A ENVEJECER. Para asumirla con dignidad es indispensable comenzar hablar del tema, desde los ángulos político - social, familiar e individual", concluyó la especialista.
Estrategias de atención IIPCS para envejecer sin sufrir:
- A nivel individual. "Los adultos tendrán que prepararse, conociendo e informándose de lo que es la tercera edad. Sería ideal tener prevención económica, de salud y mantenimiento de buenas relaciones familiares y sociales. "Lo que se deben grabar en la mente los jóvenes y los que no lo son tanto, es dejar de pensar que nunca alcanzarán esta edad. Negarlo mitiga la ansiedad, pero no se resuelve".
- A nivel familiar. No perder de vista que mantener integrados a los ancianos evita que se enfermen física y psicológicamente. "Recordar que lo que se siembra se cosecha, si muestran a sus hijos el abandono de los abuelos, es lo que les espera a ellos cuando envejezcan".
- A nivel social. Proponer iniciativas de políticas públicas para diseñar y operar programas para la atención a la tercera edad. Como serían de educación, entretenimiento, trabajo, higiene y salud. Fortaleciendo las tareas del INAPAM, la Universidad de la Tercera Edad del D.F. y los organismos o instituciones públicas y privadas responsables de ello.

Envejecimiento humano
El envejecimiento o senescencia es el conjunto de modificaciones morfológicas y fisiológicas que aparecen como consecuencia de la acción del tiempo sobre los seres vivos, que supone una disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos ysistemas, así como de la capacidad de respuesta a los agentes lesivos (noxas) que inciden en el individuo. El envejecimiento de los organismos y particularmente el nuestro como especie humana, ha sido motivo de preocupación desde hace años.
Nuestra esperanza de vida ha aumentado significativamente en los últimos años. El envejecimiento de la población puede considerarse un éxito de las políticas de salud pública y del desarrollo socioeconómico aunque también es un reto para toda sociedad ya que debe adaptarse a esta nueva realidad. Con el envejecimiento, comienza una serie de procesos de deterioro paulatino de órganos y sus funciones asociadas. Muchas enfermedades, como ciertos tipos de demencia, enfermedades articulares, cardíacas y algunos tipos de cáncer han sido asociados al proceso de envejecimiento.
Por este motivo la investigación a nivel celular de este proceso ha recibido especial atención. Uno de los hallazgos relevantes es que las células normales están programadas para un número determinado de rondas divisionales. Cada cromosoma posee en sus extremos una serie de secuencias altamente repetitivas y no codificantes denominadas telómeros. Debido al mecanismo de replicación del ADN de las células, los telómeros se van acortando con las sucesivas divisiones. Esto se ve atenuado por la existencia de una enzima llamada telomerasa que realiza la replicación telómerica. Sin embargo, la actividad telomerasa funciona en células embrionarias, pero se inactiva en células somáticas, lo que conlleva un acortamiento progresivo de los telómeros cromosómicos; cuando el tamaño de los telómeros llega a un cierto nivel mínimo, se desencadenan mecanismos que conducen a la muerte celular. Por esta razón, el acortamiento telómerico se ha asociado con el proceso de envejecimiento celular. De esta forma, el largo de los telómeros representaría una especie de reloj genético que determinaría el tiempo de vida de las células.
Internacionalmente, en 1984 se admitió por convenio, que anciano es toda persona mayor de 65 años, edad coincidente con la jubilación.
Datos estadísticos del envejecimiento
En España, el aumento de la esperanza de vida, la reducción progresiva de la mortalidad, junto a la disminución de las tasas de fecundidad, están provocando la inversión de las pirámides poblacionales con los consiguientes problemas sociales y económicos, lo que algunos han denominado la hora malthusiana de la población española. Esta alteración en la pirámide demográfica está empezando a repercutir en la estructura del sistema sanitario.
Según la OMS, en el siglo XX se produjo una revolución de la longevidad. La esperanza media de vida al nacer ha aumentado 20 años desde 1950 y llega ahora a 66 años, y se prevé que para 2050 haya aumentado 10 años más. Este triunfo demográfico y el rápido crecimiento de la población en la primera mitad del siglo XXI significan que el número de personas de más de 60 años, que era de alrededor de 600 millones en el año 2000, llegará a casi 2.000 millones en el 2050, mientras que se proyecta un incremento mundial de la proporción del grupo de población definido como personas de edad del 10% en 1998 al 15% en 2025.
Ese aumento será más notable y rápido en los países en desarrollo, en los que se prevé que la población de edad se cuadruplicará en los próximos 50 años. En Asia y América Latina, la proporción del grupo clasificado como personas de edad aumentará del 8% al 15% entre 1998 y 2025, mientras que en África se prevé que esa proporción aumente sólo del 5% al 6% durante ese período, y que después se duplique para el año 2050.
Una transformación demográfica mundial de este tipo tiene profundas consecuencias para cada uno de los aspectos de la vida individual, comunitaria, nacional e internacional. Todas las facetas de la humanidad (sociales, económicas, políticas, culturales, psicológicas y espirituales) experimentarán una transformación.
Características generales del envejecimiento humano
Aunque los caracteres externos del envejecimiento varían de una raza a otra, y de una persona a otra, se pueden citar algunas características generales del envejecimiento humano:
•             Pérdida progresiva de la capacidad visual: Síntomas que conducen a la presbicia, miopía, cataratas, etc.
•             Hipoacusia progresiva.
•             Pérdida de la elasticidad muscular.
•             Alteración del sueño.
•             Pérdida de la agilidad y capacidad de reacción refleja.
•             Degeneramiento de estructuras óseas: aparición de deformaciones debido a acromegalias, osteoporosis, artritis reumatoideas.
•             Aparición de demencias seniles: enfermedad de Alzheimer.
•             Pérdida de la capacidad de asociación de ideas.
•             Distensión creciente de los tejidos de sostén muscular por efecto de la gravedad terrestre(caída de los senos en la mujer, pérdida de la tonicidadad muscular).
•             Pérdida progesiva de la fuerza muscular y de la vitalidad.
•             Aumento de la hipertensión arterial.
•             Alteración de la Prostata (varones, riesgo de cáncer).
•             Pérdida de la capacidad inmunitaria frente a agentes contagiosos.
•             Disminución del colágeno de la piel y de la absorción de proteínas, aparición de arrugas.
•             Pérdida progresiva de los sentidos del gusto y de la audición.
•             Pérdida progresiva de la libido, disminución de la espermatogénesis en el hombre, menopausia en la mujer.
Teorías del envejecimiento
Las observaciones registradas sobre el cambio que experimentan los seres vivos con la edad son tan numerosas que han dado origen adocenas de teorías. Como resumen, podemos destacar:
Teorías históricas acerca de la vejez
1.            Teoría del desgaste de órganos y tejidos. También se llama la teoría del ritmo de vida, que dice que las células del cuerpo se van estropeando conforme pasa el tiempo debido a su uso, como ocurre con los componentes de una máquina. Se propone que las personas que han vivido forzando su cuerpo o que han tenido un estilo de vida poco saludable, viven menos. Los radicales libres serían las sustancias responsables del desgaste de las células relacionadas con los estilos de vida nocivos, sobre todo de las mitocondrias, que no tienen capacidad de reparar su ADN.
2.            Teoría de la intoxicación por sustancias intrínsecas. También se llama teoría de la autointoxicación. Durante la vida se acumulan sustancias de desecho en el interior o exterior de la célula como la lipofuscina y otros pigmentos, creatinina,colesterol en las placas de ateroma (aterosclerosis) que son productos del metabolismo celular.
3.            Teoría del trastorno glandular o endocrino: considera que los órganos endocrinos como las gónadas, son los responsables del envejecimiento debido a las observaciones de eunucos, hipotiroideos y diabéticos, que envejecen precozmente.
4.            Teoría de los genes Desde al año 2006, científicos genetistas han descubierto que el envejecimiento podría deberse a la existencia de uno o más genes que se inactivan provocando el envejecimiento, este gen denominado WRN al sufrir alteraciones provoca el proceso gerontológico.
Fisiología del envejecimiento: la síntesis actual
Envejecemos porque las macromoléculas que componen nuestro organismo (ácidos nucleicos, proteínas y lípidos) van acumulando daños que van provocando su pérdida de función. Debido a estas alteraciones, el funcionamiento normal de las células se modifica, lo cual va a alterar a su vez el funcionamiento de los diferentes órganos. Nuestro organismo es un sistema dinámico, en estado de degradación y reparación permanente. El envejecimiento corresponde a una ruptura de ese equilibrio, cuando la acumulación de daños sobrepasa la capacidad de reparación. En la ruptura del equilibrio dinámico, intervienen factores muy variados: influencias genéticas, comportamentales y ambientales pueden afectar de manera positiva o negativa en cada lado de la balanza.
La acumulación de daños en las moléculas endógenas durante el envejecimiento se debe a varios tipos de fenómenos:
Radicales libres
El proceso normal de producción de energía en nuestras células, esencial para mantener las funciones vitales, tiene lugar en el interior de las mitocondrias. De manera colateral, durante este proceso se generan especies reactivas del oxígeno (ERO, en inglés ROS, dereactive oxygen species) que son compuestos moleculares inestables, extremadamente reactivos,5 que alteran todos los componentes celulares (ádicos nucleicos, proteínas y lípidos). Se ha calculado que cada molécula de ADN contenida en cada una de nuestras células es objeto de 10.000 ataques por día por parte de los radicales libres.
El ADN contenido en el interior de las mitocondrias está mucho más expuesto que el ADN del núcleo, ya que está más próximo a la fuente de los ERO y está menos protegido, al carecer de histonas. Puesto que el ADN mitocondrial codifica sobre todo para componentes de la maquinaria de producción de energía, estos componentes acumulan alteraciones que contribuyen a disminuir su funcionalidad, lo que produce una disminución de la producción de energía (ATP) detectable a partir de los 50 años. Cuando la producción de ATP disminuye por debajo de un umbral, la célula deviene incompetente, por lo que se desencadena el proceso de muerte celular por apoptosis, de manera que disminuye el número de células productoras de energía, que contribuye al proceso de envejecimiento.
Para protegerse de los radicales libres de oxígeno (entre los que se encuentran el ion superóxido, el peróxido de hidrógeno o el ionhidroxilo, que es el más tóxico), el plasma, los fluidos tisulares y las células poseen mecanismos antioxidantes, entre los que se encuentran:5
•             la enzima superoxido dismutasa, que convierte el anión superóxido en peróxido de hidrógeno;
•             la enzima catalasa, que detoxifica el peróxido de hidrógeno para evitar que se convierta en hidroxilo;
•             la glutatión peroxidasa, otro potente detoxificador del peróxido de hidrógeno;
•             el ácido úrico,6 un potente antioxidante presente en el plasma en una concentración mucho mayor que el ascorbato (vitamina C);
•             la proteína ceruloplasmina, la principal transportadora de cobre en el suero;
•             la fracción plasmática libre de hierro de la proteína transferrina.
Además existen compuestos de origen alimentario con capacidad antioxidante que también intervienen en la neutralización de los ERO:
•             el α-tocoferol (vitamina E), liposoluble, con capacidad de protección de las membranas celulares;
•             los carotenoides (como el β-caroteno) y los polifenoles (como el ácido cafeico y la quercetina);
•             el ascorbato (vitamina C), hidrosoluble, capaz de regenerar los demás antioxidantes, como el glutatión o el α-tocoferol.
Por ello, el efecto negativo de los ERO se observa si se produce un desequilibrio debido a una producción exagerada de estas sustancias o por una disminución de los sistemas de defensa, enzimáticos y no enzimáticos.
Glicación
Algunos azúcares esenciales para nuestro metabolismo, como la glucosa, se consideraban biológicamente inofensivos hasta los años 1970. Sin embargo, estos azúcares pueden reaccionar con los aminoácidos de las proteínas de nuestro organismo (pero también con los ácidos nucleicos y los lípidos), en una reacción química relativamente lenta denominada glicación.
Este proceso conduce a la acumulación de productos de la glicación avanzada, PGA. Estos productos se generan mediante el establecimiento de conexiones anormales entre moléculas diversas que alteran su estructura y perturba gravemente su función. La glicación (también denominada reacción de Maillard) se estudió en primer lugar en los alimentos, para explicar el efecto producido por el cocinado y el almacenamiento prolongado, en donde aparecen los PGA, dando un aspecto "caramelizado".
Por tanto, a medida que aumenta la edad de una persona, los procesos fisiológicos normales del organismo van a provocar una acumulación de las lesiones debidas a la oxidación producida por los radicales libres y van a "caramelizarse" por efecto de la glicación. Este fenómeno sinérgico se conoce con el nombre de glicoxidación, que está implicado en numerosas condiciones patológicas asociadas con el envejecimiento y/o la diabetes, como las cataratas, el alzheimer, la aterosclerosis, las nefropatías o las alteraciones vasculares periféricas, entre otras.
Senescencia celular: los telómeros
A diferencia de las células cancerosas, que se multiplican indefinidamente, las células somáticas normales en cultivo tienen una capacidad proliferativa limitada: por ejemplo los fibroblastos humanos fetales pueden dividire unas 60 veces, después entran en una fase del ciclo celular denominada G0 (intervalo 0 o quiescencia), de la que no saldrán más. Si se toma el mismo tipo celular de un individuo de 40 años, se dividirán unas 40 veces, mientras que si se toman de un individuo de 80 años, sólo se dividirán unas 30 veces. Existe por tanto una relación entre la edad de un individuo y la capacidad de dividirse de sus células. Este fenómeno de senescencia replicativa celular se identificó en los años 1960 y se denomina "límite de Hayflick" en relación a su descubridor.
A partir de los años 1980, esté fenómeno se ha asociado a la disminución de la longitud de los telómeros, las secuencias cortas que se encuentran en los extremos de los cromosomas para permitir su replicación completa y evitar que se fusionen entre sí. En efecto, los telómeros se recortan en cada división celular porque el complejo ADN polimerasa no puede replicar completamente los extremos de los cromosomas. Por ello, la longitud de los telómeros puede considerarse como un marcador de la historia proliferativa de la célula: los telómeros de las células obtenidas en personas de edad avanzada son más cortos que los medidos en personas más jóvenes.
Cuando los telómeros alcanzan una talla crítica, se activa una respuesta de daño del ADN, dependiente del gen supresor tumoraldenominado p53, que desencadena la muerte celular por apoptosis. En general, este mecanismo dependiente de p53 se activa cuando se produce cualquier tipo de lesión oxidativa del ADN, o por modificaciones de la cromatina que alteran su estructura (por ejemplo por efecto de un fármaco) o también cuando se producen modificaciones oncogénicas. Para evitar la acumulación de daños en el ADN, la célula posee una batería de enzimas responsables del mantenimiento y la reparación del ADN, así como una telomerasaencargada de restituir la longitud de los telómeros. Sin embargo, la telomerasa se reprime en tejidos somáticos, mientras que los mecanismos de reparación, como el resto de los componentes celulares, acumulan también daños que los inactivan de forma progresiva.
Desde este punto de vista, la senescencia y la muerte celular constituye un mecanismo de defensa, evitando que células que acumulan daños en su ADN puedan proliferar, dado que las células dañadas pueden convertirse en tumorigénicas y aumentar el riesgo de cáncer.
Envejecimiento y reproducción
Existe una relación fundamental entre la función reproductora y el envejecimiento. Así, en los animales, se observa que en las especies con reproducción múltiple, una reproducción precoz está ligada estadísticamente a una disminución de la esperanza de vida. En otras especies, la reproducción única está ligada a un envejecimiento acelerado y una muerte precoz. Esta relación se ha estudiado experimentalmente utilizando como modelo moscas de la especie Drosophila:11 cuando se seleccionan moscas durante muchas generaciones (en función de un timing impuesto de reproducción) se observa que las moscas a las que se les ha impuesto una reproducción tardía son más longevas que las moscas con reproducción precoz. Esta diferencia en la longevidad se observa después de 10 años de selección a partir de un ancestro común.
Por otro lado, se ha demostrado experimentalmente que los tejidos reproductivos pueden emitir una señal capaz de influenciar la longevidad. Así, la irradiación de drosófilas con dosis radiactivas débiles, que destruyen sus ovocitos, aumenta la vida media de estos insectos. También se observa un efecto similar si de destruyen las células germinales en el gusano C. elegans o en ratones.
Recientemente se ha identificado un mecanismo genético universal, conservado a través de la evolución, que controla la rapidez del proceso del envejecimiento en la mayoría de las especies. La función de estos genes sería adaptar la distribución de los recursos energéticos en relación con las limitaciones del entorno para permitir la reproducción:
•             en condiciones de plenitud ambiental, cuando el alimento está ampliamente disponible, estos genes controlarían la utilización de la energía disponible hacia el crecimiento, la madurez sexual y la reproducción; esta estrategia implica la negligencia relativa de las actividades de mantenimiento y reparación, lo que conduciría a un envejecimiento prematuro y fallecimiento precoz;
•             en periodo de restricción, cuando no hay suficiente alimento disponible, los recursos energéticos disponibles se consagran a los mecanismos de supervivencia (mantenimiento y reparación), que llevaría a la negligencia del crecimiento y la reproducción; en este caso, se ralentiza el proceso de envejecimiento, para permitir a los organismos esperar a que se presenten unas condiciones más favorables para la reproducción.
Las vías metabólicas implicadas en este proceso incluyen al factor de transcripción FOXO y las sirtuinas. La actividad de FOXO está regulada por la vía de señalización de la insulina, y su activación induce la transcripción de muchos genes implicados en la resistencia al estrés, la reparación del ADN, la apoptosis, el control del ciclo celular... Por su parte, las sirtuinas son deacetilasas o ADPribosilasas que utilizan NAD como cofactor, y por tanto pueden funcionar como sensores del estado metabólico celular. Su activación (por restricción calórica) aumenta la longevidad de los organismos, de manera dependiente de FOXO. Algunas sustancias, como elresveratrol presente en las uvas y sus derivados (entre otros alimentos), son activadoras de las sirtuinas.
Consecuencias del envejecimiento
En resumen, el envejecimiento está asociado con dos procesos que se superponen y que finalmente llevan a la muerte del organismo: la degeneración progresiva de las células y la pérdida de la capacidad regenerativa. Tanto la degeneración como la regeneración de las células son procesos que ocurren en cada una de las etapas de la vida y permanecen en un perfecto equilibrio en condiciones normales, no patológicas. Los 'puntos de control’ y los mecanismos de reparación celulares permiten que las células dañadas sean reemplazadas, preservándose así la integridad funcional de tejidos y órganos. Sin embargo, en el envejecimiento este balance se inclina hacia la degeneración. Los mecanismos de degeneración están principalmente relacionados a la generación de especies reactivas del oxígeno y a la glicación de proteínas; ambos procesos estrechamente relacionados a factores ambientales. Por otra parte, la pérdida de la capacidad de proliferación y regenerativa estaría determinada genéticamente por el acortamiento de los telómeros y los procesos de muerte celular.
Esta visión resalta la importancia y participación tanto de factores exógenos como endógenos en el envejecimiento, por lo que es muy probable que el envejecimiento del organismo no ocurra por un único motivo, sino por el suma de múltiples factores y procesos, cuyo balance general determina que el individuo envejezca.
Por otro lado, es evidente que existen factores ambientales y comportamentales que pueden colaborar en el proceso de degradación o al contrario reforzar los mecanismos de defensa:
•             los fumadores, debido a la inhalación permanente de radicales libres de oxígeno, pueden presentar ciertas manifestaciones de envejecimiento prematuro y un incremento en la frecuencia de patologías asociadas al envejecimiento, como las cataratas;
•             la exposición repetida a la luz UV puede provocar un envejecimiento prematuro de la piel, por las mismas razones;
•             la restricción calórica, iniciada en cualquier momento de la vida, mejora la mayor parte de los parámetros biológicos e incrementa la longevidad; sin embargo, si la restricción calórica es extrema, como ocurre en la anorexia, se produce una disminución de lafertilidad (lo que evidencia de nuevo la relación entre envejecimiento, equilibrio energético y reproducción);
•             una dieta equilibrada, rica en fibras y vegetales, que presentan antioxidantes naturales, produce también un efecto positivo sobre el mantenimiento de las funciones celulares.
Envejecimiento activo
Fue definido en 1999 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como "el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen". Dicho concepto también fue adoptado por la segunda Asamblea Mundial del Envejecimiento, celebrada en 2002 en Madrid, España.
El término "activo" se refiere a la participación continua de los adultos mayores en forma individual y colectiva, en los aspectos sociales, económicos, culturales, espirituales y cívicos, y no solamente a la capacidad para estar físicamente en lo laboral o participar en la mano de obra.
Ahora bien, en el plano operativo, dicho concepto se refiere al empoderamiento de los adultos mayores en los aspectos biológicos, psicológicos y sociales en los que están inmersos, considerando cambios inherentes a la edad, riesgos ambientales y psicosociales, así como las medidas preventivas que pueden aplicar.
2012 ha sido designado por la Unión Europea como el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la solidaridad intergeneracional. Su objetivo es animar a los Estados miembro a encontrar soluciones innovadoras para los problemas económicos, sociales y sanitarios de una población que envejece y a invitar a los mayores a seguir jugando un papel importante en la sociedad, además de fortalecer la solidaridad intergeneracional.

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